La técnica secreta de un soltero de ‘First Dates’: “Así consigo su número de teléfono”
Gonzalo pide a su cita que sea ella la que pague la cena
Matías alucina con el ritmo de la cita de Gonzalo y Andrea: “Van a trescientos por hora”
Gonzalo es un chico atrevido y con unos ideales muy claros. En el amor le ha ido bien, pero no ha tenido una relación seria y ahora mismo busca una compañera de viaje “que me acompañe a surfear, a ir a la montaña, a pescar…”. Busca a una chica atrevida, que estudie o trabaje y que vista bien porque le gusta mucho la moda.
Andrea, su cita, es una chica muy segura y vacilona. Le gusta mucho ir a tomar algo, ir a bailar y hacer cualquier cosa “me gusta mucho hacer de todo”. Al verla, Gonzalo ha sentido que era muy del rollo, que vestía bien y le ha gustado. Viven más o menos cerca, los dos están estudiando y Matías ha sentido que iban a “trescientos por hora”.
El programa va de amor y Gonzalo ha querido saber como le había ido. Andrea le ha contado que ella había tenido una relación de dos años, pero que la dejó porque quería vivir la vida de otra manera. Gonzalo le ha hablado de su relación, pero le ha confesado que no le gustaba llamar novia a nadie porque le parecía que eso era algo más de sus padres. Andrea no lo ve así, pero lo puede llegar a entender.
En el tema de fiesta, han congeniado porque a ella le gusta mucho salir y él se ha visto saliendo con ella en Fabrik porque sus amigos no le quieren acompañar. Gonzalo le ha contado que estaba buscando una compañera de viaje que le acompañe en sus aventuras y eso a ella le ha gustado mucho. Sin embargo, él se ha asustado al saber que era “muy intensa” en el amor.
Andrea le ha frenado en el reservado porque eso de besar en la primera cita no va con ella “me da vergüenza”. Gonzalo se ha conformado con un beso en la mejilla y un buen mordisco “húmedo” en el cuello. A la hora de pagar, el soltero ha soltado un “¿Pagas tú y te hago un bizum?” con la intención de conseguir el número de teléfono de su cita y lo ha conseguido
Los jóvenes se han dado un “sí” a una segunda cita para irse conociendo un poquito mejor porque lo que habían descubierto les había gustado.