Sergio es un buen vasco “como una piña, duro por fuera y dulce por dentro” y tiene claro que lo de que los vascos no ligan es un tema cultural. Estuvo 12 años con una chica, pero no se cumplió su sueño de ser padres y la cosa se rompió. Le enamoran con la mirada y que sean más jóvenes que él “por el tema de tener hijos”.
Cristina, su cita, es una mujer a la que le gusta salir de su zona de confort y ponerse al límite. Al verla, Sergio se ha quedado sorprendido y ha visto a una chica muy guapa “tiene cuerpazo”. Ella es de Vigo y lleva más de un año soltero. Él le ha contado que estuvo a punto de casarse, pero que se rompió la cosa con la pandemia y el tema de la paternidad. Cristina no lo descarta, pero no lo pone como meta.
El soltero ha comenzado la cena hablándole a Cristina de sus tres pasiones “viajes, fotos y coches”. Ella ha querido saber qué deportes le gustaba hacer y él le ha dicho que se atrevía con cualquiera, pero a ella la cita se le estaba haciendo eterna. Cristina le ha contado que ella hacía atletismo y se ha sorprendido al saber que él también corría maratones.
De nuevo ha vuelto a surgir el tema de la paternidad y Sergio le ha dejado claro que él dejaría todo por su hijo. “Le ha estallado el reloj biológico”, ha sentido ella antes de decirle que ella no sabía si quería ser madre o no.
Cristina se estaba aburriendo muchísimo durante la cita y no ha dudado en decirle a Sergio que le veía alguien muy serio, él le ha dicho que no lo era, pero su imagen era otra. Estaba un poco cortado porque su cita le parecía una mujer muy guapa y aunque, ha intentado demostrarle que él de estático y tranquilo no tenía nada, ella ha sentido que necesitaba a alguien con más sangre.
En el fotomatón han jugado a explotar un globo y al leer el contenido del papelito, se ha hecho el silencio. A ella le ha dado pena porque “tiene muy buena base”, pero no había sentido nada. Al ver que ella no le iba a besar, Sergio se ha quedado rígido como un palo y ella ha llegado a sentirse incómoda. En el momento de la verdad, él le ha dicho que la situación le había podido y que si le gustaría tener otra cita para intentar ser más natural.
Cristina le ha dicho que no quería repetir la cita porque sentía que su objetivo era tener un hijo y que le valía cualquiera. Él le ha explicado que no era así y que quería empezar de cero, pero no ha servido de mucho.