Irene alucina al saber la edad de su cita en ‘First Dates’: “¿37?”

  • Manuel se la devuelve a su cita en la decisión final: “Eres una flipada”

  • Irene advierte a su cita: “Soy una choni de barrio y me esperaba a un cani”

Irene es encargada de un restaurante y no sabe en qué momento de su vida se tatuó la palabra ‘romántica’ en la barriga. Se fue muy pronto de casa porque no estaba feliz, pero se fue con un chico que tampoco le dio el cariño que ella nunca había tenido. Le gustaría encontrar a un chico que también lo haya pasado mal, pero que sea maduro.

Manuel siempre ha sido un ligón y asegura que coquetear forma parte de su personalidad, pero ya se limita bastante. A primera vista, han sentido que pegaban porque los dos iban de negro y están tatuados. Manuel se ha quedado un poco cortado y ella ha sentido que le había intimidado, y no se ha equivocado porque él ha sentido que era un bombón.

Mientras comenzaban a cenar han descubierto que los dos llevaban solteros más de cinco años y él le ha dicho que las clientas del supermercado le preguntaban que cuál era su fallo. A Irene también le ha intentado ligar algún cliente del restaurante y “alguna mujer también me ha dejado el teléfono”.

Él ha querido saber cuántos años tenía y al saber que tenía 27 le ha dicho que él era mayor. Irene ha alucinado “¿37?”. A él le ha gustado que se sorprendiera porque eso le dice que no aparenta la edad que tiene.

Manuel le ha contado que se había criado entre mujeres, que la persona que más quería en el mundo era su madre y que para él era “su Dios”. Eso a ella le ha gustado mucho porque siente que los niños que se crían entre mujeres tienen otra sensibilidad. Irene quieres ser madre y darles a sus hijos una educación sana “algo que yo no tuve” y para Manuel ha sido un punto extra porque muchas de las chicas que había conocido no querían ser madres y él sí quería tener hijos.

Irene le ha dicho que él no debería tardar mucho en ser padre porque se le iba a pasar el arroz, pero luego le ha contado que su abuelo fue padre con casi 80 años. Irene le ha dicho que esperaba que su cita fuera un cani porque ella es una choni de barrio y él le ha dicho que no le asustaba porque él también era de barrio.

Irene estaba convencida de que le había gustado y ante su reacción al comprobarlo, se ha ganado un “flipada” de su cita. Los jóvenes se han gustado mucho y han tenido claro que se querían seguirse conociendo y vacilándose mutuamente.