Cristina es una mujer amante de las letras a la que le gusta mucho leer poesía, las novelas y el teatro. Hasta que se jubiló hace dos años, ha sido profesora de francés en la Universidad de Santiago de Compostela. Se ha criado en Toulouse hasta los 22 años y tiene un fantástico francés. En el amor, le gusta poner su corazón a funcionar y le encantan conquistar. Busca a un hombre bohemio, con cierto parecido a Alain Delon, pero con la dureza de Jack Nicholson o Al Pacino.
José Luis, su cita, es un hombre que desea enamorarse. Se ha casado 3 veces y espera hacerlos una cuarta. Habla francés, pero la primera impresión que ha tenido Cristina al verle ha sido un “ni fu ni fa”, le ha recordado a un ex. Además, al saber que había venido desde Asturias en autocaravana, le ha echado para atrás “soy un poco intransigente”.
Mientras cenaban, José Luis le ha dicho a su cita que él comía de todo, pero que intentaba cuidarse. Ella ha sentido que de cuerpo su cita estaba muy bien, pero la cara “es un poco del montón”, no tenía nada llamativo que le gustara.
Él le ha contado que había estado casado y que le gustaba la poesía “eso está muy bien, pero falta lo que falta”. José Luis se ha enamorado muchas veces, le ha contado que era Géminis, pero Cristina le ha cortado en seco “a mí eso no me interesa para nada”.
José Luis le ha dicho que para él no era importante el destino en un viaje sino la compañía y le ha hablado de su autocaravana, pero a Cristina le gusta mucho más un hotel lujoso. El soltero le ha dicho que a su vehículo no le faltaba ningún detalle y ha insistido en enseñársela, algo que a ella no le apetecía en absoluto.
En la terraza, los solteros han bailado un twist y él poco a poco se ha ido sentido encandilado por ella porque era una mujer intelectual, pero ella no ha visto entre ellos ninguna conexión ni nada que la hiciera vibrar.