A María le gusta ir guapa y ha venido con una cajita de magdalenas porque es cocinera en un restaurante con Estrella Michelín en Gijón, pero le gusta hacer muchas más cosas. Por sus horarios laborales, le resulta complicado tener pareja, pero no pierde la esperanza y le gustaría encontrar a alguien divertido y que le guste hacer muchos planes. A ella le encanta un karaoke, viajar y asistir a eventos frikis y culinarios.
Luis, su cita, es escultor y ha trabajado en piedra, madera y metal. Ha llegado a ‘First Dates’ un poco nervioso, pero le gustan mucho hacer cosas y conocer a gente. A María le ha gustado al verle y él ha visto a una chica “mona”, pero que iba a ser opuesta a él.
La cena de María y Luis ha comenzado hablando de sus aficiones y ella le ha dicho que le gustaba mucho salir, ir de conciertos, cantar por Mónica Naranjos en karaokes. De hecho, no ha dudado en demostrarnos cuál era su tono de voz. A Luis le ha parecido que por ese lado podían coincidir y de hecho, han descubierto que a lo dos les gustaba Saurom.
Luis se ha interesado por el tema de los videojuegos y ha alucinado al saber que María era friki y que hacía cosplay. Él estaba descubriendo a una mujer que no tenía nada que ver con la primera impresión que había tenido. Ella le ha dicho que a ella sí le gustaba como iba vestido y han comenzado a ponerse nerviosos de hecho, también se han dicho que eran muy cariñosos y que no se acordaban de sus nombres.
El soltero ha alucinado al saber que su postre lo había hecho María y no ha dudado en levantarse para darle dos veces. Luis ha cambiado por completo su opinión sobre María, se lo ha pasado genial en el fotomatón con ella, ha degustado una riquísima magdalena de calabaza y ha sentido que no quería tener una segunda cita con ella, sino muchísimas más.
Ella también estaba feliz y le ha dicho que había sentido un flechazo al verle, que le parecía guapísimo y “perfecto para mí”. Luis estaba buscando trabajo fuera de Madrid y ella le ha propuesto irse con ella al norte.