Ana es “el caso número 1 de alegría”, la gente le dice que parece que está loca, pero ella es feliz de tener tanta alegría. Se quedó viuda con 48 años y en 18 años no ha tenido sexo “a ver si viene alguien y me da un revolcón”. Le ha dicho a Carlos Sobera que es “un bicho del más allá, soy de otro planeta”. El presentador ha sentido curiosidad y ella le ha advertido “muy peligrosa, que se prepare, que aquí llegó…”.
El presentador no ha necesitado preguntarle a Antonio, su cita, si marchaba bien porque él se ha presentado con un “cada dos o tres días mi cuerpo me pide desahogarme y me pongo bien”. De hecho, asegura que si le hubieran dado 100€ por cada mujer que le ha dicho “qué guapo es usted”, tendría un buen montante de dinero.
Al verle, Ana ha sentido algo muy especial “me ha impresionado” y él le ha dicho que tenía mucha marcha. Los dos han tenido una primera impresión muy buena porque a él le gustan mucho las mujeres andaluzas.
La cena ha comenzado hablando de la estatua de Manolo Escobar y de lo mal que lo pasó el soltero cuando se murió su amada Rocío Jurado “nunca entendí cómo se casó con ese torero”. A Ana le gusta el vino y a Antonio también, pero le gusta más el arroz con conejo “todo tipo de conejos, he probado muchos” de hecho, le ha dicho que él era de muy buen comer.
Ana ha querido saber qué estaba buscando Antonio y él le ha dicho que alguien que le hiciera sentir porque es muy cariñoso, pero ella ha sentido que su cita ya no estaba para muchos revolcones. Los dos estaban encantados porque son muy habladores y divertidos, pero ella le ha advertido de que también tenía mucho carácter.
En el momento baile, Ana ha sentido que Antonio no iba a hacer muy bien el salto del tigre, pero la ha parecido que no se movía mal y que le gustaba mucho la música. Los dos se han gustado y se han quedado con ganas de otra cita.