Manuel tiene claro que en esta vida lo más importante es tener un buen corazón y saber perdonar. Ha estado 38 años casados y todo se terminó tras un pequeño desliz. Después ha tenido una aventura espontánea, pero no duró porque seguía pensando en su mujer.
Ana, su cita, ha tenido tres hijos y ahora busca una nueva etapa en su vida “quiero salir, divertirme y aprovechar el momento”. Al verla, Manuel ha sentido que era una mujer “guapa y atractiva, dicen que las mejores confituras vienen en bote pequeño”. Los dos viven en Barcelona, pero Ana es de Murcia. Ella ha sentido que su cita era “mayor y como muy antiguo”.
En la mesa, han comenzado a charlar sobre sus estados civiles. Los dos son divorciados y con tres hijos. Manuel le ha dicho que le gustaba mucho la playa y el baile, dos cosas que a ella también le encantan. Eso sí, en el horóscopo no saben si son compatibles o no.
Manuel ha sido sincero y le ha confesado que estaba nervioso por saber quién iba a ser su cita, pero que estaba contento “qué mujer tan guapa, un bombón”. El soltero se ha lanzado a cogerle la mano y ha comenzado a piropearla sin parar, algo que a ella no le ha terminado de convencer “muy lanzado”.
En el reservado, los solteros se han enfrentado al reto de darse un beso de mariposa y otro largo, pero han apostado por darse un beso normal. A Manuel le gustan las mujeres españolas que no dicen a nada que no y ella ha sentido que “si le dejas un rato, te lleva a la cama”. El soltero ha pagado la cena y ambos, se han dado un sí a una segunda cita. Eso sí, ella le ha dicho que tenían que ir poquito a poquito “te he visto muy lanzado”.