Santiago tiene 31 años, es de Granada y busca a una chica que sea “apañada”, es decir, que cumpla tres requisitos: “Cariñosa, bonita y sincera”. Además, le gustan tatuadas y, en eso, ha tenido suerte, ya que Elisabeth tiene muy pocos huecos de su cuerpo sin tinta.
Aunque en un principio parecían hechos el uno para el otro, a ella no le ha llamado mucho la atención su acompañante por su apariencia física: “No me gusta, le veo muy poligonero”, explicaba nada más verlo.
Sin embargo, pese a que en un principio no le ha gustado, ha sido empezar a escucharle hablar y ha caído rendida ante sus encantos y, sobre todo, ante su vena animalista. Por su parte, a él le ha gustado todo de ella y ha destacado algo en especial.
“Tienes unos ojazos que no veas”, le decía. A lo que ella respondía con un tremendo zasca: “Son lentillas. Soy un poco artificial”. “Te quedan bien, eh”, decía él para intentar remendar su error. “Ya tenéis vídeo para sacar porque he quedado en lache”, apuntaba Santiago en los totales.