Asma es una mujer con mucho carácter, muy directa y muy, muy expresiva. Es del Sahara Occidental “soy de los Tuareg”, pero se ha criado por toda Europa “soy una marroquí muy moderna”. Hace mucho que no tiene pareja y ya se le ha olvidado cómo es su hombre ideal, eso sí, le gustaría conocer a una persona divertida, y si puede que sea alto.
Francisco, su cita, es un tipo muy tímido, que poco a poco está mejorando con el teatro. Al verle, la cara de Asma ha sido todo un poema “no me ha gustado su forma de vestir ni su cara, no me ha gustado nada”. Él ha visto a una chica muy guapa y ha pensado que era modelo. Asma le ha contado que tenía una empresa de importación y exportación en Torremolinos, y se ha sorprendido al saber que él era agricultor en Almería.
Mientras comenzaban con el primer plató, el comensal se ha interesado por su acento y Asma le ha contado que era de origen marroquí. Él le ha explicado que trabajaba de agricultor, pero que tenía las manos muy cuidadas porque usaba guantes. Ella ha sentido que era un trabajo muy respetable porque gracias a ellos comíamos, pero… “creo que es un trabajo de persona con poca imaginación, simple, básica, sencilla, demasiado sencilla para mí”.
Él ha querido saber cuántas relaciones había tenido y ella le ha dado un corte “no suelo hablar de mi vida así…” y no se ha creído que él hubiera tenido alguna relación “le iba a preguntar si era virgen, pero me dio vergüenza”.
Francisco dejó su relación porque su pareja tenía mucho carácter y le ponía muy nervioso. Ella no podía creer que no se enfadara por nada y ha sentido que era una persona sin sangre “Es una planta”. Francisco no se ha alterado porque él es un tipo muy tranquilo y tampoco se ha atrevido a decirle que tenía un poco de cuscús en la cara.
Laura le ha dicho a Asma que se limpiara la cara y ella se ha molestado mucho con su cita “no podría ser ni tu amiga”, no le ha gustado nada que no le avisara de que estaba manchada porque ella se preocupa por las personas y él llevaba un rato mirándola a la cara, y no le ha advertido.
La soltera no se acordaba del nombre de su cita, pero al saber que empezaba por F, lo ha adivinado. Él no se acordaba de su nombre tampoco y le ha dicho que le parecía muy complicado que en ocasiones le llamaran Asma y en otras Alma. Ella no podía creérselo y se ha vuelto a poner nerviosa.
Las dos han tenido claro que no quería repetir porque ella tenía mucho carácter y él muy poco.