Adrián es un soltero que habla muchísimo y es payaso profesional, y viene de Payasía. Ha tenido relaciones muy bonitas, pero lleva ya 9 años sin sexo y siente que su físico es un hándicap. Él siente que todas las mujeres son bellas y se conforma con una bonita sonrisa. Le ha parecido perfecto que su cita fuera una blind date porque así se quitaba la barrera del físico.
Irene, su cita, no va buscando novio, le gusta tener amigos y “si surge, surge”. Busca a una persona que, sobre todo, le haga reír, que acabe sus frases… Carlos Sobera la ha llevado hasta la mesa con los ojos tapados y al dar dos besos a Adrián, ha sentido que era bajito.
Los solteros han comenzado a conocerse hablando de sus profesiones y Adrián le ha dicho que trabajaba en un albergue, pero que también era payaso y había sido periodista. Ella es auxiliar y también trabaja en Protección Civil en Parla. Adrián le ha contado que lleva 9 años sin pareja y que se suele enamorar de sus amigas, pero ellas no se enamoran de él.
Adrián le ha dicho que a él le gusta el rap e Irene odia ese tipo de música, de hecho, le ha dicho que odiaba a los payasos. Su cita se ha sorprendido, pero ya era un poco tarde porque ya le había contado unos cuantos chistes y le ha había sorprendido con el mejor chiste de la historia “¿Sabes por qué los Piratas del Caribe llevan los barcos cargados de harina?”.
Irene le ha dicho a su cita que no le gustaba hablar de sexo “prefiero descubrirlo” y él le ha dicho que la podía garantizar que reírse se iba a reír. A ella eso no le ha gustado nada y se le ha imaginado entrando vestido de payaso en el dormitorio.
Adrián se lo ha pasado muy bien y le ha dicho que quería repetir, ella le ha dicho que podían ser amigos, pero que como pareja le había faltado algo. Decisiones que han mantenido cuando se han quitado los antifaces y se han visto por primera vez “un gusto verte”.