Bruno no se considera un tipo guapo, pero no se queja de ligar porque se lo trabaja mucho. Es vendedor ambulante “en el mercadillo voy a darles cariño a mis clientas, contarles chistes y que me compren, siempre se me escapa una naranja de más, pero no pasa nada”. Lleva 8 años solteros y espera sentir un flash al ver a su cita.
Onéxima, One, su cita, es una mujer muy coqueta y siente que los hombres vascos no la ven. Al verla, Bruno ha visto a una mujer guapa y con “una delantera que ni Vinícius”. Rápidamente se han puesto a charlar y él no ha dudado en comenzar a piropearla.
Bruno estaba muy contento con su cita y le ha contado dónde había vivido, cómo era su día a día en la venta ambulante, le ha dicho que no se imaginaba que tuvieran la misma edad porque estaba muy cuidada. Los dos se han gustado y han jugado a seducirse mientras cenaban.
One le ha contado que vino a España cuando se quedó viuda tras 32 años de amor. al principio, salía mucho con su hermana y su cuñado, pero que ahora se sentía muy sola. Bruno le ha dicho que él se pura alegría, que le gusta mucho hacer el tonto y que él será como su marido, de llevarla a todos los lados y no quedarse en casa.
Bruno y One estaban deseando irse a pasarlo bien juntos, pero ella ha mantenido la intriga hasta el final. Bruno le ha dicho que él estaba encantado, que le gustaba mucho su forma de ser y que era una mujer “muy bien encofrada, como la delantera del Real Madrid”.
El soltero ha tenido que esperar hasta el final de la cita para saber que One había estado muy bien con él, que pensaba que era un tipo muy divertido y que quería seguirle conociendo porque sentía que se lo podían pasar muy bien juntos.