El fetiche sexual confesable de un soltero de ‘First Dates’: “Un chándal con el que se le note”

  • Alberto y Arnaud demuestran que los polos opuestos se atraen en ‘First Dates’: “Somos el sol y la luna”

  • Alberto, feliz con su cita: “Me gusta haber superado la barrera de esa primera impresión”

Alberto tiene dos grandes pasiones en la vida, la moda y la bioneuroemoción. Es asesor de imagen y diseño, y pasa mucho tiempo de su vida en China. Le ha contado a Carlos Sobera la importancia de la consciencia y de saber que nosotros somos responsables de lo que nos sucede. Le encantan los chicos guapos y su fetiche sexual es un “chándal con un paquete bien marcado”. Antes de presentarle a su cita, el presentador le ha advertido de que era un chico de nacionalidad belga “bien, hablo francés, pero nunca he conocido a ninguno”.

Arnaud, su cita, tiene como objetivo en la vida hacer felices a las personas. Al verle, Alberto ha sentido que eran “el día y la noche”, pero Arnaud ha sentido que eran más bien “la luna y el sol”, dos astros complementarios y necesarios para que se mueva la tierra. Le ha visto con mucha energía y “no me dieron ganas de correr”.

Superado el impacto inicial, Arnaud le ha contado que tenía varias clínicas, que antes había trabajado como terapeuta y que era especialista en problemas mentales “adiciones sobre todo” y Alberto ha sentido que su pasión por la bioneuroemoción les podía conectar. De hecho, no ha dudado en expresarle que le estaba encantando estar con él y haber acabado con la primera impresión que había sentido.

Arnaud le ha contado que era un tipo de relaciones largas “fui el segundo matrimonio homosexual de Bélgica” y Alberto ha querido saber cuáles eran sus fallos en pareja. El soltero le ha confesado que tenía mucho carácter “soy fuego”, pero que ya estaba mucho más calmado que cuando con 23 años lanzó el teléfono de su exmarido por la ventana “a los meses le vi desde la terraza besándose con otro en un descapotable debajo de casa”. Los dos se han gustado y se han confesado que tenían curiosidad por saber más el uno del otro.

En el fotomatón, a Alberto le ha entrado un deseo irrefrenable de besar a su cita y Arnaud le ha frenado en seco. Él no es de besarse en la primera cita, pero ha terminado cediendo a un poquito inocente entre foto y foto. Los dos se han sorprendido mutuamente y han querido saber más en una segunda cita.