Michelle es apasionada, romántica, detallista… Vino a España de visita y decidió quedarse. Es abogada y dejó su trabajo en su país, para disfrutar del país. Los hombres le parecen bellísimos, pero siente que buscan una relación estable muy tarde y ella busca a uno de 30 que quiera ya casarse.
Marcos, su cita, tiene 27 años y está convencido de que el matrimonio es una cosa de tres porque es poner a Jesucristo en mitad de tu amor “yo voy a misa, pero también salgo de fiesta, no estoy todo el día rezando al señor”. Carlos Sobera le ha presentado a Michelle como una abogada y han comenzado la cita hablando de sus respectivas profesiones. Él se dedica al marketing y ha sentido que su cita era una chica muy guapa.
La cita de Marcos y Michelle ha comenzado con el soltero hablando en italiano y en francés para romper el hielo. Ella ha querido saber si había traído alguna pregunta preparada para romper el hielo y él, ha querido saber cuál era su fruto seco preferido, pero cuando la joven le ha dicho “el mani”, se ha quedado igual. La soltera se estaba refiriendo al cacahuete “pensaba que se decía igual en todo el mundo”.
Ella se ha querido saber si él era alérgico a algo y Marcos le ha dicho que no debería tomar ni queso ni vino, ella se ha sorprendido y ha querido saber si tenía una alergia fuerte, pero él se ha hecho el interesante y le ha soltado “es un problema de salud, te lo contaré más adelante”. En realidad, le iba a soltar dos bromas que tiene con sus amigos, pero que le parecían demasiado para un primer encuentro y que la joven podía salir corriendo al saber que “No puedo tomar vino porque me crece el pepino y no puedo tomar queso porque se me pone el nabo tieso”.
Marcos ha querido saber si Michelle era católica y le ha contado que él si va todos los domingos a misa y que tiene un grupo en la iglesia. A ella le ha parecido fenomenal y ha alucinado al saber que él también se quería casar de forma tradicional y tener hijos. Ambos estaban encontrando en la otra persona lo que siempre habían querido “si vuelve a ir a la iglesia por mí, sería un doble regalo”.
En el tema de las aficiones y el deporte, Marcos ha dejado a su cita sin palabras porque nunca había conocido a nadie que le diera a la espada láser, pero el joven la ha tranquilizado diciéndole que era friki, pero que también salía de fiesta “llevo dos meses sin encender la consola”. Además, le ha dicho que tenía una tradición y que si alguien le gustaba invitaba él, para que le invitaran en la segunda cita. A Michelle le ha encantado su tradición y se han dado un ”sí”, para una segunda cita.