Vicente ha venido en compañía de su hija “mi capricho”, ha vivido en muchos países y lleva 22 años jubilado, aunque no lo parezca. “Está guapo, muy guapo y necesita una churrita guapa”, ha asegurado su cita quién está convencida de que su padre está estupendo. Se quedó viudo a punto de celebrar sus bodas de oro y está buscando una mujer con la que compartir la vida, y es que su hija siente que necesita “echar un buen polvo”. Hace un orujo estupendo y ha traído una botellita para invitar a su cita “cuando lo pruebe, va a flipar”.
Lola, su cita, también ha venido con su hija Lara “estamos muy unidas, con seis años tuvo un problema de salud, le salió un tumor”. Lleva 8 años viuda, su marido era bombero del Ayuntamiento de Bilbao “no se dio de baja nunca y a los dos años de jubilarse, se murió”. Lola es una mujer muy alegre a la que la cabeza le va mucho más rápido que el cuerpo “tengo muchos años”.
Tras una presentación muy caballerosa, Vicente le ha contado a Lola que vivía a caballo entre Bilbao y Galicia, que le gustaba mucho estar activo y que participaba en un grupo de teatro. A Lola le ha encantado porque él también ha cantado en un coro y no ha dudado en deleitarnos con un fragmento de ‘Lola, la piconera’. Sin embargo, le ha dicho que ella no se veía viviendo en una aldea “yo soy muy de asfalto” y Vicente se ha desilusionado porque él es feliz en el campo.
Vicente ha cogido a su cita de la mano porque para él son muy importante las sensaciones y ha querido saber qué le había parecido a Lola. Al saber que ella estaba contenta, le ha sacado el tema sexual. Lola le ha dicho que llevaba muchos años sin hacer nada de nada y su hija se ha asustado “mi padre es de pinchito mañanero”. Él le ha dicho que creía que seguía manteniendo su deseo sexual y de hecho “me gusta que no usen pijama y a ser posible que duerma sin bragas”.
A Lola le han entrado los calores solo de pensarlo, pero se ha mantenido muy señora y le ha dicho que primero hay que conocerse y que luego, todo llegará. En el postre, los solteros han degustado el orujo de Vicente y él ha tenido un presentimiento “se va a venir conmigo por mi físico y mi orujo”, y ha flipado al ver que Lola se lo bebía de un trago “está cojonudo, hablando mal y pronto”.
En el fotomatón, los solteros se han dejado llevar y han convertido un beso celestial en un beso de pasión. Estaban tan emocionados que se han olvidado hasta de que se tenían que hacer una foto. Sus hijas no han querido perderse la decisión final y han sido testigos de los primeros besos.