A José Manuel le gusta la religión, pero no practica ninguna religión “creo en Dios y lo llevo a mi vida”. Ha entrado en ‘First Dates’ con la mochila al hombro y le ha contado a Carlos Sobera que hace conciertos con vibraciones de cuencos de cuarzo “Tengo una yurta de los mongoles donde hago sesiones de sonido buscando la tranquilidad y la reconexión con uno mismo”. También practica Taichi y busca a una persona con la que conectar y relacionarse.
Pilar, su cita, necesita tener al lado a una persona que le haga vibrar, sentir, “que me haga de todo”. Al verla, José Manuel ha visto a una persona “demasiado mayor” y han comenzado contándose de dónde eran. Él a ella tampoco le ha impactado y la cita no ha empezado con gran emoción.
La soltera no ha tenido una buena sensación al conocer a José Manuel y en la cena se ha sentido realmente incomoda porque él no ha sacado ningún tema de conversación. Se limitaba a responder de forma escueta a sus preguntas y a mirar al tendido. Ella esperaba un poquito de cooperación, pero no ha sido así “soy una persona tímida y eso sumado a que ella no me ha gustado…”.
Pilar estaba incomodísima porque no hay nada que la incomode más que un silencio, pero José Manuel no estaba dispuesto a acabar con el silencio que reinaba en su cita. Ella le ha contado que había viajado mucho y que había cenado divinamente, pero a él no le ha salido nada de nada.
En el momento de la decisión final, José Manuel ha tenido la valentía de preguntarle que qué tal y de soltarle que no le había dado buena impresión, y que por eso no ha estado comunicativo. Pilar ha alucinado y le ha querido saber por qué no le había dado buena impresión. El soltero le ha dicho que seria por la edad y ambos se han dado un “no” a una segunda cita.