Daniel es un apasionado de la cultura asiática, vive en Pirineos y trabaja como joyero. Lleva 13 años soltero y en este tiempo ha tenido relaciones que define como “intermitentes con hombres inadecuadas” y ha llegado a ‘First Dates’ un poco escéptico. Le gustaría que fuera una persona que le cuide y le quiera, no quiere una loca “para loca ya estoy yo” y busca a un hombre “con un par”.
José Ángel, su cita, es actor y ha trabajado mucho en el mundo del teatro infantil, le gusta escribir y nos ha contado que tiene un TOC con el desorden. Al saber que se llamaba José, Daniel ha tenido claro que no iban a llegar a nada “Otro José en mi vida, no”. El soltero se ha asustado porque su pasado sentimental ha estado lleno de jotas y no quiere ninguna más en su vida.
Daniel ha querido saber qué le gustaba a su cita y José Ángel le ha dejado sin palabras porque le ha dicho que le apasionaba el cine en blanco y negro, sobre todo, los clásicos de terror de los años 70 y 80. “mátame, camión”, ha exclamado Daniel atónito. Él le ha dicho que le gustaba el patch, algo que José Ángel no había escuchado en su vida y que al saber que era unir trozos de tela, se ha quedado igual. Daniel ha sentido que estaba surfeando en playas diferentes porque su cita tampoco practicaba trecking y no le gustaba nada andar.
Los solteros se estaban quedando sin temas de conversación y han comenzado a hablar de lo rica que estaba la comida. José Ángel le ha dicho que si le gustaban las vísceras y Daniel el ha contado que le encantaban los pies de cerdo y la careta, sobre todo. El soltero estaba deseando que pasara algo que hiciera que saltara la chispa o que se lo pasaran bien.
En ese momento, Matías ha puesto música y la cosa ha cambiado. Él estaba dispuesto a darlo todo, pero José Ángel el ha dicho que a él no le gustaba bailar reggaetón y ha tenido que animarle para que acabara dándolo todo al ritmo de la música.
En el reservado, les ha tocado darse un beso como si se fuera a acabar el mundo, y no lo han visto de la misma manera. Daniel se ha quitado las gafas esperando que su cita le besara como si no hubiera un mañana y José Ángel le ha dado un tierno beso en la mejilla, y por obligación. Daniel ha insistido y su cita le ha dado un beso que jamás olvidará, pero que tampoco le ha gustado.
Los dos han tenido la sensación de que la tortilla no había cuajado y que estaban surfeando en playas diferentes.