Sandra asegura ser muy buena persona, pero tener carácter cuando lo tiene que tener. En lo sentimental, le ha ido regular, pero es una persona disfrutona a la que le encanta salir, entrar, viajar, reír… Le gustaría encontrar a alguien con quién disfrutar.
Leo, su cita, es un tipo muy aventurero que se quedó en España por amor. Se define como una persona campechana, amigo de sus amigos, un amor… Al verle, Sandra ha sentido que era lo que estaba buscando “su sonrisa, su forma de vestir, el físico, me ha encantado”. Él también ha visto a una mujer elegante cuyos rasgos se ajustaban a lo que estaba buscando. Ella le ha dicho que tenía una sonrisa preciosa y han coincidido en que los dos se dedicaban a la higiene bucal.
Sandra ha comenzado la cena diciéndole a su cita que no conocía Río de Janeiro, pero que estaba a punto de viajar a Miami para asistir a una convención de baile. A Leo le ha sorprendido que su cita bailara y han conectado muchísimo porque él como buen brasileño tiene el ritmo en el cuerpo. También comparten la pasión por viajar y en un momentito han planeado viajar juntos a Menorca, la isla que tiene enamorado a Leo.
El senderismo, los viajes, la cocina… Sandra estaba alucinando con la cantidad de cosas que tenían en común y ha llegado a pensar que tenía delante a su alma gemela. Y es que Leo hasta da masajes “el primero te lo doy gratis, luego ya te cobro…”. Los dos estaban muy sorprendidos con la conexión y él le ha soltado un “puede que tenga delante de mí al amor de mi vida” y ella no le ha quitado la razón.
En el reservado, el soltero se ha relajado del todo y no ha dudado en lanzarse a la piscina. Sandra no esperaba encontrarse con alguien así, pero también se ha dejado llevar y los besos han subido la temperatura. Los dos estaban encantados de haberse conocido y han continuado la cita con una buena sesión de baile.