Fabrice nació en Isla Mauricio porque su madre se enamoró de una persona y se fue a vivir allí, pero cuando él tenía seis meses de vida, la cosa se terminó y regresaron a España. Le ha contado a Carlos Sobera que lleva más de un año en una relación abierta y que él y su pareja están buscando incorporar una tercera persona a la relación. Busca a una persona espiritual y que le caiga bien a ambos porque el físico asegura que no le importa.
Irene, su cita, es una mujer muy extrovertida a la que le encanta conocer la historia de otras personas. Fabrice se ha sorprendido muchísimo con su belleza y con que fuera de Madrid, pero tuviera familia en Alicante. Ella no se fijaría en él por la calle, pero ha sentido que era del montón bueno.
Fabrice estaba muy nervioso y ha querido contarle toda su historia a Irene antes de comenzar a cenar. Le ha dicho que había estado desde agosto hasta diciembre de mochilero con su actual pareja y que estaba buscando a una tercera persona. A ella le ha parecido estupendamente porque ha estado en situaciones similares e incluso, le parece un plus para una relación y ha querido saber más.
La soltera ha querido saber el motivo que les llevó a ser mochileros y por dónde estuvieron, y ha alucinado. Fabrice le ha dicho que estaba en un trabajo que no le gustaba y decidió romper con todo “estuvimos por Murcia”. Atónita, Irene le ha soltado un “estás de coña, ¿no?”, pero no lo estaba. Ella ha recorrido muchos países asiáticos y se esperaba escuchar un Vietnam o Tailandia, pero no Murcia “yo soy de Albacete y me ha sonado a chiste”.
El soltero estaba muy nervioso y le ha explicado a su cita que no estaba siendo normal “suelo ser mucho mejor”. Ella le ha contado que había tenido varias relaciones, algunas cerradas y las dos últimas abiertas, y que prefería que entre la pareja hubiera confianza para contarse todo. Fabrice sentía que Irene podía ser la mujer perfecta para incluir en su relación, pero al saber si era espiritual, la cita se ha torcido.
Irene le ha dicho que ella no era espiritual y que no perdía el tiempo pensando en cosas que no le llevaran a disfrutar su vida al máximo. De hecho, ha sentido que su cita era poco maduro y que iba a divagar demasiado.
Antes de llegar al final de la cita, el soltero le ha agradecido a su cita que hubiera llevado la voz cantante porque él estaba nervios y a veces le daba ansiedad, ella lo ha entendido y le ha dicho en broma “es normal que te pongas nervioso, soy muy guapa y agradable”. Él le ha dicho que estaba deseando tener una cita a tres para que conociera su pareja, pero Irene le ha dicho que no se veía con él en una relación romántica.