Laura era una chica introvertida, pero estudio animación social y cultural, y ahora es otra persona completamente diferente. Busca a un chico gracioso porque ella es una chica muy activa y con actitud. Eso sí, le ha confesado a Carlos Sobera que los pies le dan asquito “son para andar”.
Fran, su cita, es un tipo tímido, pero cuando toma confianza, no se para “en cinco minutos la gente habla de cuatro cosas y yo hablo de veinte”. A Laura le ha llamado la atención de Fran porque le suelen gustar los chicos bajitos, ella a él, no le ha parecido mal y encima vivían cerquita.
Mientras esperaban la cena, Laura le ha contado que está estudiando, pero que también trabaja de camarera y como profesora de baile de niños pequeños “me gusta mucho bailar”. Fran le ha dicho que él siempre ha bailado y la ha sorprendido con la cantidad de estilos que había tocado. Ella estaba nerviosa porque el joven la estaba buscando, pero él se ha mostrado relajado y le ha dicho que, aunque no lo pareciera era un tipo muy movido.
A Fran le ha chocado y le ha echado para atrás saber que su cita no había tenido una relación medianamente seria a sus 23 años, pero ella le ha explicado que era una chica muy tímida y que tampoco se sentía con la necesidad “no me visualizo presentándole a mi pareja a mis amigos o a mi abuela, que quiere que me eche novio”.
Laura y Fran no terminaban de conectar, pero cuando él le ha contado que quería estudiar doblaje y ella le ha dicho que hacía la voz de Sin chan y se ha puesto a hablar como la voz del GPS, él ha alucinado y ha terminado dándole un sí a una segunda convertido en Super Mario Bros. Ella ha aceptado encantada “me ha gustado lo que he visto, pero quiero conocer su lado más picarón”.