Paula ha venido a ‘First Dates’ con Manolo, el abuelo de su jefe. El hombre va todas las tardes a echarles una manilla en el bar y han cogido tal confianza que se animaron a hacer el casting juntos. Ella no busca el amor como si fuera a comprarse una hamburguesa, pero si lo encuentra en el restaurante mejor que mejor “me imagino una sombra negra, que cante cuando yo canto, que se ría cuando yo río, que me siga el rollo”.

Manuel por su parte, nos ha contado que lleva solo un año soltero y que le gustaría volver a enamorarse. Ha estado toda la vida con su mujer “me cogió con 23 y me soltó con 74, y no he conocido otra mujer”. Los dos estaban muy ilusionados y Paula ha sido la encargada de recibir a Paqui, la cita de Manolo.

Al ver a Paqui, Paula ha sentido que a Manolo le iba a encantar porque era una mujer rubia, arregladita y muy llamativa “como le gustan a él”, pero cuando ha empezado a hablar la cosa se ha torcido. Al principio no es ha enterado de nada “es la viuda de Pedro Carrasco” y luego ha sentido que a su Manolo le iba a hacer pequeñito. La realidad, es que Paqui ha aprovechado la oportunidad para contarle a Carlos Sobera que su marido fallecido era el sparring del campeón de boxeo Pedro Carrasco “Fuimos a la Yerbabuena y conocí a Rocío Jurado… Pedro me quería muchísimo”.

Paqui le ha dicho a Sobera que buscaba a un hombre como él o como Pedro “era guapísimo” y no ha hecho más que presumir de su marido campeón y hablar del físico de las personas “a mí me gusta un físico, yo voy mucho al gimnasio”.

Jesús, la cita de Paula, lleva mucho tiempo sin enamorarse y tiene muchas ganas de volver a sentir las maripositas. Al ver a Paula, ha visto a una chica que tenía un corte de pelo que no era su preferido, pero que le podía llegar a gustar. Sin embargo, ella le ha quitado dos puntos de golpe al saber que era de Sevilla porque “no puedo decir aquí que no me gusta la gente de Sevilla, pero yo espera un gallego, alguien del norte que se pudiera reír de mi acento y yo del suyo, conocer mundo”.

A pesar del chasco inicial, ella ha tirado para delante y le ha regalado la bufanda del equipo local de su pueblo para que supiera desde el principio que sus amigos le iban a recibir con los brazos abiertos ya fuera como amigo o como algo más. Jesús es del Sevilla, pero le ha gustado el detalle.

A Paqui le ha gustado el físico de Manolo e incluso, se ha sorprendido al saber que tenía 75 años porque ella le había echado casi diez menos. Han hablado de sus aficiones, de sus lugares de residencia y ella ya se ha visto dejando su Almería querida para vivir con su cita en Sevilla “y si yo voy a tu casa, ¿Qué hacemos con tu hijo?”.  

Paula ha querido saberlos todo sobre su cita, pero se ha ido dando cuenta de que no tenían nada en común. Jesús busca una relación seria, es un chico tímido, no le gusta salir de fiesta, juego a juegos de roll… Y Paula no sabe diferenciar entre un juego de roll y un otaku, y según sale del trabajo de va de fiesta y viceversa.

Manolo y Paula han aprovechado un hueco de sus citas para irse al baño y hablar de sus respectivas experiencias. Paula le ha dicho que a ella Jesús no le estaba gustando y ha alucinado al ver a Manolo tan lanzado “Pero tú decías que no querías convivir”. Le ha visto tan ilusionado con Paqui que le ha preguntado por Pedro Carrasco “¿Te ha dicho que es la exmujer de Pedro Carrasco?”.

El soltero se ha quedado en shock y le ha dicho “no, no es la exmujer de Pedro Carrasco”, pero Paula estaba convencidísima y ha conseguido hacerle dudar “¿Mi cita es la Raquel Bollo?”. La conversación se ha convertido en todo un teléfono estropeado en el que Paula se había enterado mal y estaba haciendo dudar al pobre Manolo.

Manolo se ha sorprendido mucho al regresar a su cita y saber que Paqui llevaba 14 años viuda y que había tenido hasta 200 proposiciones, pero que no había aceptado ninguna. Aunque en realidad no ha quedado claro si eran pretendientes o seguidores en su red social. Lo que sí sabían ambos es que se habían gustado y que querían repetir la experiencia.

A Paula le ha llegado a entrar la risa floja porque por más que le daba vueltas, no conseguía averiguar en qué era compatible con Jesús y le ha hecho una metáfora para explicarle que ella no se veía ni parecida a él. Y es que le ve más como un puerto que está tranquilo viendo llegar los barcos y ella va en uno de esos barcos, y le gusta la velocidad y que le salpique la ola. En definitiva, que han echado un ratito agradable, pero como pareja ninguno de los dos se ha visto compatible.