Jesús y el sexo a los 90 años en 'First Dates': “Todavía estoy animado, podemos jugar a los cacharritos y a los médicos”

Jesús sigue con ganas de encontrar el amor y a sus 90 años ha regresado a ‘First Dates’ con la intención de encontrar a una mujer que le siga el ritmo. El soltero le ha demostrado a Carlos Sobera que es “un machote” y que sigue moviendo los músculos con mucha agilidad. En su primera cita en el restaurante le dio calabazas a su cita porque fumaba y eso es algo que no soporta.

Está buscando a una mujer que esté en las mismas condiciones que él y con la que poder disfrutar. Mª Rosa, su cita, es una mujer espontanea que dice que las cosas según le vienen y que no soporta un corrillo ni un cotilleo. Jesús ha querido saber de dónde era su cita y sobre todo, sí fumaba o no. Al saber que no, ha sentido que la cosa comenzaba bien. A ella, el soltero le ha gustado “está muy, muy bien, ha tenido que ser muy guapo”.

A Jesús se le revoluciona el móvil en ‘First Dates’: “¿Qué dice esto?”

Jesús ha querido saber qué le gustaba hacer a su cita y le ha dicho que a él le encanta cantar y que en los viajes del Imserso era la estrella de la noche de los talentos. Ella le ha confesado que había empezado a vivir cuando se quedó viuda y que no había buscado pareja antes porque se había dedicado a viajar, que era lo que le gustaba. Jesús ha querido saber cuántos años tenía Rosa y ella no ha sido capaz de adivinar su edad “El viejo más joven de toda la comunidad”.

El soltero ha cogido su móvil para enseñarle a su cita las comidas que se hace y no ha sabido muy bien qué botón ha apretado porque el móvil se ha puesto a hablar solo “¿Qué dice esto?”. Jesús ha querido saber qué esperaba su cita de una relación y ella le ha dejado claro que a dormir le gustaba ir a su casa y hacerlo ella sola. Eso sí, aunque les gusta ir poco a poco, Mª Rosa ha querido saber cómo estaba su cita en el tema sexual.

Ella ha tenido la sensación de que la cosa ya estaría de capa caída, y Jesús la ha sorprendido “tú imaginas muchas cosas, todavía estoy animado”. El soltero no le ha prometido una noche de miel, pero sí le ha dicho que igual que cuando eran pequeños podían “jugar a los cacharritos, a los médicos… para el tiempo que nos queda”.

El soltero no quería acabar la cita sin cantarle una canción a su cita y ha conseguido encandilarla y poner a todo el restaurante en pie. Entre ellos ha surgido una conexión especial y han tenido claro que les quedaban muchos temas por tratar, pero que iban a empezar por irse a echar un baile.