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Carmen se asusta al ver a su cita en ‘First Dates’: “No me gustan los barrigones”

  • Carmen cambia de opinión sobre Juan tras una cena llena de complicidad y risas

  • Juan y su historia de amor: “He tenido una relación de parches, cada enfado una niña”

A Carmen le encanta la vida de pueblo “tranquila y siempre de fiesta, hay aparcamiento en todos los lados”. Su vida sentimental ha sido “un poco chunga”, ha estado casada 27 años y luego tuvo una pareja de fin de semana, pero no paraba de hablarle de su mujer. Busca a un hombre que sea agradable y que tenga conversación porque ella es muy alegre y le gusta mucho disfrutar.

Juan, su cita, es un tipo muy detallista y le gusta sentir que tiene una mujer guapa al lado. Al saludar a Carmen, ella le ha llamado de usted y él le ha pedido que no lo hiciera “yo lo que tengo vieja es la ropa” y ha comenzado a piropearla “eres muy guapa”. Carmen se ha tomado con humor sus piropos, pero ella ha sentido que le gustaban los hombres más jóvenes “no me gustan los barrigones”.

A Juan no le gustan las cosas torcidas y antes de comenzar a charlar con Carmen, se ha levantado y le ha colocado la blusa porque la tenía un poquito torcida. A ella le ha gustado el detalle y ha comenzado a preguntarle por su vida. Juan le ha contado que está en un proceso de divorcio y que había tenido una relación de parches “cada enfado una niña, tengo cinco hijas, sino me llego a operar había tenido 10 o12”.

Carmen le ha contado que vive en un pueblecito a lado de Los Palacios y que desde muy pequeña tuvo que dejar de estudiar para ponerse a trabajar, algo que Juan ha entendido porque también lo había vivido.

Carmen le ha dicho que siempre había querido tener un campito porque le apasiona plantar sus propios tomates y hortalizas, pero que le quitaron la idea. La soltera ha sentido al verle las manos que Juan había sido agricultor, pero él le ha dicho que los tomates los compra en el supermercado y que él lo máximo que coge es “un rulo para pintar la piscina”. A Carmen no le ha gustado su cita a primera vista, pero según le ha ido conociendo, ha ido cambiando de opinión.

Al saber que Juan buscaba una relación seria, Carmen le ha advertido que ella no estaba segura de querer un novio formal y que tenían que ir poco a poco. El soltero lo ha entendido perfectamente y le ha ofrecido conocerse al ritmo que ella marcara. Juan estaba encantado con Carmen y “si hay que plantar tomates, se plantan tomates”, pero ella le ha devuelto el guante con un “o se compran en el supermercado”.