Federico ha sorprendido a Carlos Sobera por su altura “yo creía que los italianos eran más bajitos”. El soltero siente que los hombres italianos tienen un estilo especial a la hora de vestirse y comunicarse, y que eso las mujeres lo notan. Es ingeniero y lleva viviendo en Valencia desde 2019 dónde ha ligado mucho “unas cuantas, más de 50, vale han sido 100”. Además, le ha explicado a Carlos Sobera que había estado 8 meses con una chica, algo que ha dejado al presentador atónito “En cuatro años has estado con una mujer 8 meses y en tres años con 100 mujeres, tú has marcado un hito, un récord mundial”. Sin embargo, él no se considera un ligón.

Marianne, su cita, se ha presentado en ‘First Dates’ como una mujer cuya mayor virtud es diseñar y que tiene claro que lo que busca es una relación estable. Al verla, Federico ha tenido clarísimo que su cita no era su tipo y se ha limitado a preguntarle si era española “No, soy chilena”.

Mientras esperaban la cena, los dos han comentado lo bonitos que eran los platos y han coincidido en que les gustaba la decoración del restaurante. Federico le ha dicho que está reformando su piso de Valencia y que es ingeniero. A ella, Valencia le parece una ciudad maravillosa para vivir y le ha dicho que tenía amigos ingenieros y arquitectos, pero que ella era diseñadora de moda.

Marianne le ha confesado a Federico que tenía muchos modelos italianos, pero que nunca los cogía de más de 1,90 cm porque eran muy difíciles de vestir “necesito metro y metros de tela”. Respecto a los motivos que llevaron a Federico a venir a ‘First Dates’, el soltero le ha dicho que había roto hacía dos meses con su pareja de ocho porque ella no quería tener más hijos y él se ve en una posición para tener por lo menos cuatro y poderles dar de comer a todos.

Federico siente que los italianos lo tienen más fácil en España que en Italia, pero también cree que aquí no es fácil encontrar pareja formal porque hay mucha falsa libertad. Marianne le ha dicho que ella tiene claro que quiere una pareja monógama y ha sentido que los ojos del italiano le transmitían bondad.

La soltera le ha contado a Federico que ella en Chile era misionera y que era una mujer muy espiritual, algo que era fundamental para poder hacer arte. Él lo ha entendido y ha sentido que igual no la pondría la última de su lista, pero que no era para él. En el momento de la decisión final le ha explicado que le había faltado química y que no quería repetir.