A Laura siempre le ha llamado la atención la muerte y desde muy pequeña quería ser forense. Su color preferido es el negro y sus tatuajes sobre la muerte no es verdad que sean por su abuela, son porque los vio por TikTok y me gustaron. Ahora trabaja en una empresa de limpieza y asegura haber tenido muy mala suerte en el amor, su ex la dejó por otra hace un año. Está buscando a un chico con conversación y sin pajaritos en la cabeza.
A Toni, su cita, le gusta la música y el deporte americano en general. Al verle, Laura ha sentido que tenía un pelazo “Tiene mejor pelo que yo”. Él le ha contado que vivía en Tarrasa y como estaba un poco nervioso no ha sabido situar Castellón en el mapa. Toni trabaja de repartidor y Laura le ha explicado que ella está trabajando porque se quiere comprar una moto.
Laura se ha interesado por la vida social de Toni y él le ha dicho que llevaba un mes saliendo en una discoteca heavy, pero ella le ha explicado que no sale mucho y que tampoco es muy de música. Escucha a Quevedo y Psycho como todo el mundo, pero poco más. La soltera le iba a contar algo, pero se ha dado cuenta de que la comida se le estaba quedando entre los dientes y ha parado la conversación.
La soltera ha querido saber cómo le gustaban las chicas a Toni y él le ha dicho que le gustaban como ella y que de personalidad no sabía muy bien cómo explicárselo, pero que quería estabilidad y que se llevaran bien. Ella ha sentido que igual Toni era un poco tímido para ella, pero excepto el pelo, que se lo cortaría, le gustaba todo de él.
En el reservado, Laura se ha mostrado muy suelta y dispuesta a darle a Toni todos los besos que fueran necesarios, pero él se ha bloqueado por completo. La timidez se ha apoderado de él y no ha podido más que exclamar un “estoy a punto de explotar” cuando ella le acaricia la rodilla o le retiraba el pelo de la cara. Laura se lo ha puesto en bandeja, pero él no ha podido dar un paso más y la soltera ha sentido que no era el chico que estaba buscando “me ha faltado chispa”.