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Cita de altura en ‘First Dates’: “Mido 2,15 metros”

  • Carlos Sobera y su cita alucinan al conocer a Bob en persona

  • Bob y Sheila tienen verdaderos apuros para hacerse una foto juntos: "Eso hay que borrarlo"

Bob ha entrado en ‘First Dates’ y no ha dejado indiferente a nadie, ni a los cámaras del restaurante. El soltero mide 2,15 metros y es procedente de Holanda. Le ha contado a Carlos Sobera que en su país sigue siendo especial por su altura, pero no tan excepcional como resulta en España, lugar en el que lleva viviendo desde los 16 años.

Al principio le daba un poco de vergüenza ir a reuniones con mucha gente, pero ya está acostumbrado. Le gustaría conocer a una chica alta “para que no sufra mi espalda” y sobre todo, con una gran sonrisa.

Sheila, su cita, es una chica simpática en la que se puede confiar con facilidad. Le gustan los hombres altos y presumir de novio con un buen vestido con tacones, pero no se esperaba a un hombre tan alto como Bob “por primera vez un chico me ha hecho sentirme bajita”.

Como no podía ser de otra manera, la cita ha comenzado hablando de la altura de ambos y ella ha exclamado un “Menos mal que me he puesto tacones”. Bob le ha contado que vive en Gandía y le ha sorprendido que ella fuera de Zamora, pero estuviera trabajando en Madrid.

Bob le ha contado a Sheila que vino a España con su familia y que no tienen ninguna intención de regresar a Holanda más que para visitar a su mejor amigo que vive allí. Lleva varios años sin ir porque su amigo ha estado en Estados Unidos, ambos jugaban juntos al baloncesto. Un tema que ha servido para que Sheila le contara que ella había sido jugadora de fútbol durante diez años.

Quizás con más tranquilidad de la que a Sheila le hubiera gustado, han descubierto que tenían edades parecidas y que ambos estaban buscando una relación seria. Imaginando dónde se verían en tres años, ambos han coincidido en que podrían estar muy bien en Valencia juntos. Sheila quería pagar la cena a medias, pero Bob ha querido invitarla y ella no ha querido quitarle la ilusión.

Con la seguridad de que los dos iban a decir que sí a una segunda cita, los solteros han pasado un rato divertido en el fotomatón y no han tenido nada fácil hacerse una foto juntos