Jorge cambia el monasterio por los besos de chocolate de Mónica en ‘First Dates’: “Vamos a hacer alquimia juntos”
La interesante reflexión sobre los usos de una naranja de un soltero de ‘First Dates’: “¿Qué harías con ella?”
Mónica alucina al saber que Jorge vive en un monasterio y se dedica a experimentar con la alquimia antigua
Jorge se ha presentado en ‘First Dates’ como un hombre que no ha tenido suerte en el amor porque su pareja rompió la relación porque descubrió que le gustaban las mujeres y el resto de las relaciones se acercaban a él por interés económico. Tras sufrir varios episodios de estrés trabajando con carretillas de cuatro ruedas de forma industrial, descubrió la vida espiritual en internet y ya lleva 15 años viviendo en un monasterio.
Carlos Sobera ha alucinado al conocer su historia y ha querido saber a qué se dedicaba dentro del monasterio y como era su vida allí. Jorge se dedica a la limpieza y el mantenimiento del monasterio, pero también está inmerso en la filosofía del silencio y la espiritualidad de los monjes que lo habitan. Puede mantener relaciones con mujeres a distancia y puede salir del monasterio cuando junta varios días festivos. De momento no se plantea dejar el monasterio, pero no lo ve como algo imposible.
A Mónica, su cita, le ha ido regular en el amor y ha estado un tiempo sola, pero cree que ya ha llegado el momento de volver a abrirse y salir a la luz. La primera impresión que ha sentido al ver a Jorge ha sido muy agradable y rápidamente se han ido a la mesa para conocerse un poquito mejor.
Mónica le ha contado a Jorge que ella era de Igualada, cerquita de Barcelona y ha alucinado al saber que él vivía en un monasterio y que sobre todo, basaba su trabajo en la alquimia antigua. A ella le encanta el mundo de la historia antigua, la ufología y otras creencias y ha querido que le contara algo más.
Jorge ha querido saber qué haría su cita si le diera una naranja y ella le ha dicho que la pelaría, la partiría en gajos y se la comería. Sin embargo, él haría muchas más cosas con una simple naranja. Según le ha relatado se comería una mitad en gajos, con la otra haría un zumo y con la piel podría hacer una infusión, una rayadura para un bizcocho y un poquito de fruta escarchada. Ella estaba flipando.
El soltero estaba notando muy tímida a Mónica y le ha pedido que no dejara de mirarle a los ojos para que pudiera acabar rompiendo con su inseguridad, y ella lo ha agradecido. Le ha contado que estaba separada y que en el tema sexual había tenido muy pocas relaciones satisfactorias. Él ha comenzado a hablar de la Alquimia sexual y ella ha sentido que podía tener alguna relación con el sexo tántrico, algo que sí había probado. Mónica es una mujer abierta sexualmente y ha mostrado interés por conocer nuevas técnicas.
En el reservado, Mónica le ha dicho que acababa de realizar una terapia para abrirse al mundo y comenzar a valorarse, y él se ha arrimado a ella para ser su confesor. Él soltero no estaba dispuesto a probar el chocolate del postre de Mónica, pero le ha propuesto probarlo de sus labios. Ella ha aceptado encantada y ambos se han fundido en una conexión más que espiritual y han tenido claro que era el principio de algo más.