Delfi se ha presentado en ‘First Dates’ como una mujer un poquito especialita que siempre ha cuidado mucho su imagen. Ha tenido tres relaciones estables de las cuales tiene tres hijos y se casó con un cuarto hombre, pero duró muy poco y se divorció a los 5 meses de pasar por el altar. Tiene muy claro su tipo ideal de hombre y necesita que le entre por los ojos, que tenga pelo solo en la cabeza, que tenga bien los dientes, que se cuide, que le gusten los niños, la moda, que sea un culo inquieto…

Óscar, su cita, tiene claro que está muy bien estar solo, pero él lo ve como una opción y prefiere tener a alguien a su lado con quién compartir. Él ha visto en Delfi a una mujer de su estilo que le podía llegar a gustar, pero ella no ha visto al tipo alto y fuerte que esperaba.

Delfi ha querido saber a qué se dedicaba su cita y él le ha contado que era responsable técnico en una empresa de embalajes de plástico. Ella es manicurista y como extra, es modelo sobre todo de desnudos. A él le propusieron serlo antes de la pandemia y lo ha visto como algo positivo y de lo que presumir, pero Delfi le ha advertido que muchos chicos se asustan cuando ven su perfil, pero “yo transmito más en fotografía de desnudo que en fotografía urbana”.

A la soltera le ha gustado mucho saber que Óscar había estado casado y tenía dos hijos porque ella ya tiene 3 y no quiere tener más. Él no le ha querido preguntar la edad por educación, pero ella le ha animado a que la adivinara y ha metido la pata “¿41? te mato, tengo 38”.

Delfi está acostumbrada a que le echen más edad al saber que tiene tres hijos y es que su hijo mayor tiene 18 años. Los amigos de su hijo le dicen que es una madre a la que… Algo que Óscar ha entendido perfectamente. Él le ha dicho que aunque parezca delgadito tiene el cuerpo muy fibrado y a ella le ha gustado, pero “yo le pondría cuatro o cinco kilos más”.

En el tema sexual, los dos han asegurado ser activos, pero Delfi le ha dicho que a ella no le gustaban las cosas raras. Él le ha pedido que se explicara un poco mejor y ella ha dicho que no le gustaba que la pegaran con una fusta o cualquier cosa que la pudiera hacer daño. Eso sí, cuando él le ha dicho que cómo veía un látigo bien utilizado, ella le ha dicho que eso sí podía ser.

Ninguno de los dos parecía haber sentido la atracción necesaria y al saber que a Delfi no le gustaba la distancia ni su físico, él también le ha dicho que no.