A Jaume no le gustan las grandes aglomeraciones y le gusta vivir en su pueblo de 10 habitantes, estar en casa y subir a la montaña con la bici. De hecho, asegura que a veces le molesta hasta que el cartero invada su intimidad. Busca a alguien que comparta su forma de vida, él vive con su hijo.
Yolanda, su cita, está en un punto en el que necesita mirar hacía dentro y olvidarse de todo el sufrimiento que lleva encima. Lleva tres años dedicada por completo a sus hijos y siente que ha llegado el momento de pensar en ella. Al ver a Jaume ha sentido que no era tan alto como le gustaría, pero que estaban a la altura.
Él ha sentido que Yolanda era “un bombón” y que encima “el pelo le conjunta con la ropa”, pero no le ha gustado mucho saber que era de Alicante porque le gustaría alguien que hablara en catalán.
Mientras esperaban la cena, Jaume le ha contado que él vivía en un pueblito, pero que era de Mallorca. Yolanda le ha dicho que ella también vivía 20 minutos de Alicante y que nunca había salido de allí. Para Jaume las localidades de Valencia y Castellón le traen a la mente cosas como “Tetas, titos, bro… y eso me repugna”. El soltero no puede con el chonismo y parece que estaba encasillando a su cita sin conocerla.
Además, al saber que tenía alergia al pelo de perro ha sentido que lo suyo era imposible “yo tengo dos perros y uno duerme conmigo”. El soltero también ha querido saber si Yolanda hablaba valenciano porque “el castellano no es mi lengua y me siento incómodo hablándolo”.
Jaume solo veía impedimentos, pero Yolanda sentía que la cita iba rodada y cuando él le ha preguntado por su profesión, le ha contado que no estaba trabajando y que se estaba dedicando a encontrarse así misma porque estaba un poco perdida. Se quedó viuda hace tres años cuando su hija pequeña tenía solo 4 meses. Jaume ha sentido que era una guerrera porque criar a un hijo solo es complicado y ella lo estaba haciendo con tres.
La música ha comenzado a sonar en el restaurante y a Jaume le ha entrado un poco la vergüenza, pero ha disfrutado del momento y no ha dudado en decirle a su cita que estaba muy buena. El soltero ha sentido que Yolanda lo tenía todo para enamorar a cualquiera, pero que la distancia les separaba.
Cuando ella le ha dicho que sí quería repetir, él le ha enumerado los motivos por los que lo suyo no podía ser. La alergia, el idioma, la distancia… Una pena.