Estamos acostumbrados a ver a los solteros hacer verdaderos esfuerzos para abrir las míticas bolas del amor de ‘First Dates’, pero hacía mucho, pero mucho tiempo que no veíamos a un soltero tener una reacción así. David ha cortado por lo sano “Ay, nooo”.
Sara se define como una persona sencilla, pero con gustos peculiares “no soy una fotocopia del resto de la gente”. Se dedica ala creación de contenido subido de tono en una página web. Según le ha contado a Carlos Sobera, antes era auxiliar de enfermería, pero este nuevo trabajo le da más dinero.
Ha tenido dos relaciones muy largas, ha pasado un par de años viviendo la vida y ahora echa de menos un poco de cariño humano. Eso sí, su pareja tiene que ser muy tolerante y aceptar su trabajo. Al saber que le daba igual el físico de sus parejas, el presentador ha bromeado con ella “Te he traído a Igor, tiene un poco de chepa”.
David, su cita, es un chico muy extrovertido y se deja de llevar. Nada más entrar, le ha contado a Sobera que se llama Carlos David, pero que le gusta más que le llamen David. “Me caes mal, tío, yo me llamo Carlos, tío”, le ha dicho el presentador en broma. Esta buscando una relación abierta y complicidad sexual con su pareja.
A conocer a Sara ha sentido que era una chica muy atractiva y viceversa. Ella ha querido saber dónde vivía, pero al verle pedirse un chupito de tequila se ha desilusionado un poquitín. Carlos Sobera se ha acercado al verlos mostrarse sus tatuajes y ha bromeado con el parecido del soltero con Pablo Escobar.
Ya sentados en la mesa, David se ha mostrado feliz con su cita, pero al comenzar a conocer han descubierto que eran completamente incompatibles. El soltera ha querido saber qué buscaba Sara en una relación y ella le ha dicho que quería a una persona que no saliera de fiesta porque ella es muy casera y está el 90% del tiempo en casa.
Tuvo una pareja que le hacía sentirse mal por no querer bailar y no está dispuesta a volver a que la juzguen por no sentir el ritmo de la música. David se ha asustado un poco porque él es muy chicharachero y le encanta salir, pero no se ha echado las manos a la cabeza hasta que ella le ha dicho que odiaba el reggaetón “me puedo ir”. El joven ha tenido claro que él y Sara no tenían nada en común, él se ha criado a ritmo de reggaetón.
La cita de David y Sara parecía que no podía ir a peor, pero sí a mejor y así ha sido. Él le ha contado que estaba estudiando electricidad y ella le ha contado que había dejado su profesión de auxiliar para hacer contenido erótico en una página web. Sara viene de “una familia pobre que nunca se ha podido ir de vacaciones” y ahora está llegando a ingresar hasta 1.000€ en un día.
A David se le ha despertado la curiosidad y ha querido saber cómo era su cita en el tema sexual y han coincidido en que buscaban una relación abierta “El ser humano es infiel por naturaleza… La gente se echa las manos a la cabeza cuando escucha ‘relación abierta’, pero todo el mundo pone los cuernos”.
En el reservado, los jóvenes se han atrevido con las Bolas del Amor y Sara ha dejado que su cita le besara dónde más le gustara. David se ha venido un poquito arriba y estaba deseando comprobar que le deparaba su bola, pero no era capaz de abrirla. Tras intentarlo un par de veces, el soltero ha decidido cortar por lo sano y le ha pegado un pisotón a la bola “no os enfadéis por lo de la bola”.
A David le ha tocado que su cita le diera un beso picante, pero Sara le ha dicho que prefería reservarse. Ella no se siente capaz de besar a nadie si no siente una fuerte atracción y por David no ha la había sentido. El mismo motivo que le ha dado a él para no querer repetir la cita.