Daniel es una persona muy sencilla a la que le gusta el arte, el cine, quedar con sus amigos… En el amor le ha ido y le ha contado a Elsa Anka que tiene una TOC, y que eso le hace complicado tener relaciones con chicas. Se lo diagnosticaron con 13 años, pero lo lleva sufriendo desde los 7 años.
Elsa ha pedido a Cristina y a Marisa, nuestras gemelas, que se acercaran porque ellas habían hecho mucho por la lucha y la visualización de los problemas psicológicos. Las camareras han querido saber qué tipo de TOC tenía y él les ha confesado que tenía “un agresivo sexual, tiene un nombre muy feo, pero no se corresponde nada…”. Él lo pasa muy mal porque piensa que cualquier contacto puede agredir o sentar mal a la otra persona y luego entra en juego la hipermoralidad “sentirme culpable por cualquier cosa que suceda”.
Las gemelas les ha explicado que son pensamientos intrusivos, que ellas lo han pasado fatal “hay días que no podíamos ni trabajar, pero se pasa, se sufre y se sale de ello”. Daniel tiene la sensación de que hay que tener una herramienta personal para salir de esos pensamientos distorsionados, y en su caso es la magia. El soltero hace magia en los hospitales y en ese momento se olvida de todo.
Vinyet, su cita, es una chica muy coqueta a la que le gustan los piropos. También le gusta ser muy payasa y reírse de todo. Al conocer a Daniel ha descubierto que los dos eran de pueblecitos de Barcelona y aunque no es mucho de magia, Elsa Anka le ha dicho que iba a empezar a gustarle.
A Dani le ha gustado que a Vinyet le gustaran los planes caseros igual que a él, pero ella ha sentido que necesitaba a alguien que le sacara de casa. Ella le ha dicho que tenía un nombre muy catalán y él le ha dicho que a él le gustaba y le recordaba a las viñas. A Vinyet le ha vacilado toda la vida con las viñas y él le ha contado que todavía le siguen llamando “puercoespín” por su apellido.
Daniel le ha contado a su cita que él estaba buscando algo serio y ella le ha contado que era bisexual y que lo había pasado muy mal con ambos sexos. De hecho, no tuvo nada con la última chica que le gustó porque era infiel y ella eso no lo quería. Daniel le ha contado que a él no le salía ser infiel a nadie, pero sí era muy celoso. Es celoso con todo y hasta se cela si su padre le da un beso a su madre.
Confesión que ha marcado un antes y un después en su cita porque al saber que era celoso, Vinyet ha tenido claro que no quería nada con él.
Daniel ha querido demostrarle a Vinyet su magia y le ha propuesto descubrir “cómo besamos los magos sin besar”. La soltera se ha mostrado muy colaboradora mientras que Daniel realizaba su truco y ha alucinado al sentir que le había besado en la distancia. El mago le ha pedido que no intentara comprender lo que acababa de pasar porque ni él lo entendía.
En el momento de la decisión final, Daniel ha sentido que no quería repetir cita porque no había sentido el feeling de pareja y ella le ha confesado que no le había gustado ni que utilizara gafas ni que fuera tan celoso e impulsivo.