Superada la primera impresión y con la esperanza de que Pep la sorprendiera con lo que escondía su camisa negra, los solteros han comenzado a fluir, se han reído y han hablado de sexo. A ella le ponen los uniformes, pero no todos.
Josep, Pep para los amigos, se acaba de pasar al rubio platino y ha sorprendido a Elsa Anka nada más llegar a ‘First Dates’. Es un chico muy romántico que llora con las películas y que no se cansa de ver ‘Postdata: Te quiero’. Está buscando a una chica alegre y cariñosa, se fija en el físico, pero le pueden más sus aficiones o la forma de ser de su pareja.
Marta, su cita, viene del barrio madrileño de Arturo Soria, pero la gente piensa que es del sur de Madrid “se piensan que soy de Fuenlabrada porque soy más de barrio que los columpios”. Al ver a Josep ha sentido que no era un chico feo, pero su look a lo Messi “no lo entiendo”. Elsa ha querido saber si le gustaban las películas románticas y Marta ha apostado por las películas de miedo.
El físico de Marta le ha parecido “espectacular”, pero también ha sentido que era “un poco borde”. Han comenzado hablando de sus trabajos y los dos parecen tener el turno de noche, ella en la disco y él en el casino.
Al pedir la cena, Marta la ha contado a Josep que entrenaba y que intentaba cuidar su dieta, pero que también era mucho de hamburguesas. Al hablar con ella un poquito más, él se ha dado cuenta de que era una chica muy abierta y que la primera impresión el había engañado. Los dos han estado de acuerdo en que buscan a una persona activa, divertida y que tenga un físico que les resulte atractivo.
Marta no ha visto muy fitness a su cita, pero sí un buen chico y ha tenido la sensación de que igual cuando se quite la camisa negra la puede sorprender. Josep se ha fijado en los tatuajes de Marta y ella le ha contado que tenía once, y que como era un poco influencer, ya conseguía que le salieran gratis.
Él le ha confesado que no trabaja mucho Instagram, pero que era tiktoker y que grababa un par de vídeos al día de tipo humor y desamor. En el amor, Marta le ha contado que tiene una hija, que la tuvo muy joven y que no quiere tener ninguna más. Se marchó de casa para independizarse y cuando vio el predictor “me puse a llorar”. Eso sí, ahora está feliz y es la mujer que es gracias a su hija.
Respecto a las cosas que le excitaban, Marta le ha confesado que le ponían mucho los uniformes. Su ex era policía y alguna vez se lo ponía para jugar. Él ha querido saber si cualquier tipo de uniforme “Yo llevaba el de Mercadona bien apretadito”, pero ella le ha dicho que ese tipo de uniforme no.
En el reservado, Marta le ha confesado a su cita que no le gustaba nada el rubio platino que había elegido para teñirse y él le ha dicho que tenía solución. Se han tomado un chupito, se han dado un piquito y han llegado a la decisión final convencidos de que iban a repetir.