La distancia les ha frenado y Ramón ha tenido claro que su cita era mucho barco para tan poco marinero, pero él se ha visto capaz de llevar el timón y ha conseguido que Hermi disfrutara de una cita muy divertida y con toques muy picantes.
Herminia es una soltera que se priva de muchas cosas para lucir tipazo. Ha sido taxista durante 35 años y su trabajo le ha dado mucha libertad, pero también le ha creado situaciones rocambolescas como que un cliente le dijera que quería ir con ella a un hotel a “fucking”, menos mal que el compañero del 164 le dijo lo que pretendía el pasajero. Lleva desde el 2008 sin pareja, ha tenido amigos, pero no ha encontrado a un hombre que con su simple presencia le complemente.
Ramón, su cita, se ha presentado como “el tirititero de la fiesta”. Le gusta estar “aseado, limpio y curioso”, pero eso de las cremas no le gusta mucho. Se ha presentado a Hermi como “el tío”, pero al saber que él es de Alicante y ella de Barcelona, se ha quedado un poco chafado, menos mal que su cita le ha parecido una belleza.
Hermi ha querido saber si su cita tenía hijos y al escuchar que tenía un hijo y cuatro ex a sus espaldas se ha asustado. Le ha dado por pensar que eso significaba muchas meteduras de pata y no le ha gustado. Ramón le ha contado que la madre de su hijo y otra de sus ex eran 25 años menores que él “y eso no tiene futuro”. Eso sí, también le ha dicho que se casó la primera vez con 19 años porque su novia con 15 le dijo a su padre que estaba embarazada “duramos un año, me quería por interés, pero si vienen a buscarte con un cuchillo, yo me caso”.
Ramón le ha contado que le gusta caminar, que monta en bici y que tiene un grupito de amigas con las que juega al chinchón. Hermi no tiene ni idea de jugar al chichón y ha sentido que ella no está para hacerla la comida y la cena a ningún hombre. La soltera ha sentido que Ramón era un hombre callejero y él el ha dicho que llevaba desde los 11 años trabajando.
Una cosa tiene Hermi clara y que sí ha compartido con su cita, y es que disfruta de cada momento que le da la vida y ahora está feliz sin trabajar, que ya ha trabajado bastante.
Los solteros se han atrevido con el Rasca del Amor y se han pasado un rato divertidísimo. El soltero le ha confesado que le excitaba la lencería negra y Hermi le ha sorprendido con un “a mí los hombres en tanga”. Algo que él no ha visto claro, se lo podría poner para un ratito y jugar, pero no para el día a día.
Respecto al sitio más raro en el que les gustaría tener sexo, él le ha dicho que un cementerio “no te molesta ni Dios y puedes chillar todo lo que quieras”, pero Hermi le ha respondido con un “a mí no me llevas”. A ella le gustaría tener sexo debajo de una cama, algo que su cita ha visto complicado, muy complicado.
Hermi ha sentido que Ramón era un hombre divertido, con unos ojos muy bonitos y con el que se lo podía pasar muy bien. Él ha sido claro, le ha dicho que la veía mucho barco para él, pero que si ella quería se ponía a manejar el timón y se ha llevado una alegría. Hermi sabe que está “para mojar” y Ramón ya está listo para coger el pan.