Polo ha entrado en ‘First Dates’ brillando para la ocasión y asegurando ser “cabezón y excesivamente racional”, algo que le lleva a vivir muchas experiencias, pero a poner una barrera y un escudo con la gente que va conociendo. Está buscando a una persona que sobre todo, sea buena persona, está cansado de la gente que le ha dicho a él que es demasiado bueno “no quiero que sea dramas ni tóxico”.
Adrià, su cita, está en un punto de la vida en el que lo quiere probar todo para saber si le gusta o no le gusta. Al verle, Polo ha visto a una buena persona y le ha gustado mucho saber que era diseñador gráfico por las mañanas y youtuber por las tardes “hago vídeos de parques de atracciones y parques temáticos”.
La cena ha comenzado hablando de montañas rusas y Adriá le ha confesado que en los últimos dos años había visitado 40 parques de atracciones y se había subido a unas 200 montañas rusas, algo que además de hobbie, lo hacía a modo de terapia porque siente que un chico de 30 años no puede decir que le gustan los parques de atracciones sin ser juzgado.
En el amor ha estado 8 años en pareja y está en un punto un poco complicado en el que cualquier bandera roja le echa para atrás. Polo le ha entendido y le ha confesado que él también era un poco así y que no quería nada tóxico ni dramas ni falta de sinceridad o mentiras en una pareja.
Adriá le ha explicado que vivía en el Delta del Ebro y que encontrar allí pareja era prácticamente imposible. Él se ha interesado por la profesión de Polo y le ha parecido muy guay que fuera periodista y que tuviera un podcast de sexo. Eso sí, él le ha dicho que le dice que “voy de gurú de las relaciones abiertas, pero no, he tenido una y la puedo llevar” y no es así.
A Adriá no le importaría tener una relación a distancia o abierta, pero tiene claro que Polo no le ha inspirado ni pasión ni sexo. Le ha parecido un tipo genial con el que se puede hablar de muchísimas cosas y con el que se iría a tomar unas cañas.
El soltero se ha fijado en el grandísimo parecido que tienen nuestras gemelas y se ha acordado de una de sus novias que también tenía una gemela. Polo ha querido saber si era bisexual y Adriá le ha explicado que no, pero que le despertaba curiosidad probar con su pareja y una chica, algo que a él le ha gustado saber porque igual que ahora no le gustan las montañas rusas, nunca se sabe si algo así le puede gustar en un futuro.
Polo ha tenido claro que había estado muy cómodo y muy bien junto a Adriá y le ha dado un sí a una segunda cita. Sin embargo, Adriá ha tenido que ser sincero y le ha dicho que le había parecido un encanto, que quería seguir quedando con él, pero no como una pareja.