Laura y el amor en ‘First Dates: “De chico coges la primera mierda que te topas, luego te vuelves más exigente”

Laura venía a ‘First Dates’ en busca de un hombre grandote como a ella le gustan, pero al conocer a Diego se ha dado cuenta de que era buena gente y que hay cosas más importantes que el físico de las que te vas dando cuenta con la edad.

Diego se ha presentado en ‘First Dates’ como un tipo como los de antes “taurino, de derechas y religioso”. En el amor le ha ido solo regular, se ha casado dos veces y no descarta casarse una tercera. Le apasiona el mundo del campo “ir a por setas, a por espárragos”. Busca a una mujer que le quiera y le diga “estoy aquí”, pero si hay que pedir “me gustan los pechos grandes”.

Laura, su cita, asegura que ella es muy de campo, pero también le gusta ir de tiendas y ponerse guapa. Al verla, a Diego le ha gustado que tuviera los pechos grandes, pero en especial le ha gustado su mirada. A Laura le ha encantado que fuera churrero porque le gustan mucho los churros con chocolate, y también que fuera padre y de Córdoba.

Ya sentados en la mesa, Diego le ha contado que ahora estaba trabajando de jardinero y que el campo era una de sus pasiones. Laura le ha contado que ella también es muy de campo y que es feliz estando en su parcelita con su caballo, sus perros y sus niños por allí llenándose de barro. Estuvo mucho tiempo centrada en la hípica, pero cuando conoció a su marido lo dejé un poco “ya montaba otras cosas”. También le ha contado que viene de familia de toreros y él le ha dicho que entraba en la finca del Cordobés a coger espárragos.

A Laura le ha llamado la atención que Diego tuviera un hijo tan mayor, pero él le ha contado que se casó con 22 años y ha resultado que ella también, pero es un poquito más joven. Laura tiene dos hijos “ya están criados” y su cita le ha advertido que todavía le queda un poquito por tener. Al soltero le hubiera gustado tener otro hijo, pero siempre ha dicho que a los 40 se cortaba la coleta, algo que entre risas le ha dicho a su cita que no había hecho. Los dos se estaban gustando y han tenido claro que “eso de ‘cordosiesos’ es mentira”.

Diego le ha confesado a Laura que él sí se había enamorado de verdad y que el amor le había dolido. Ella pensaba que los hombres no se enamoraban y al contarle que se había vuelto más exigente, le ha dicho que pensaba que de joven te conformas “con la primera mierda que te topas, vale con que le gustes”. Él le ha contado que no es un santo, pero que tampoco es de salir mucho.

Se han gustado, Laura ha sentido que Diego era un tipo sincero y buena persona, y él que tenían en común un montón de cosas y que la cosa podía funcionar. No saben si acertarán, pero se han vuelto juntos para Córdoba.