A Don Enrique le comparan con Rafa Nadal por el cabello y la sonrisa, pero “ojalá fuera por la chequera”. Ha aprovechado que salía en la tele y buscaba el amor en ‘First Dates’ para mandarle un mensajito al tenista y confesarle que le gustaría algún día poderse tomar una foto con él o comerse una paella. Es de Caracas (Venezuela) y le ha contado a Carlos Sobera que tuvo que abandonar su país con mucho miedo y que perdió en las revueltas a cuatro de sus hermanos “balas perdidas en las manifestaciones, la cosa se puso muy violenta”.
Está deseando enamorarse y entregarle todo su caribe latino a una mujer eso sí, de pechos pequeños. Cinthya, su cita, igual es requisito no le cumple, pero se presenta como una mujer seria, risueña, elocuente, organizada, observadora. En el amor es un caramelito “muy cariñosa y apasionada, un koala”.
Al verla, Enrique ha analizado sus pechos y ha sentido que podía hacer una excepción porque Cinthya se veía bien linda. Rápidamente se han puesto a hablar de sus lugares de origen y él le ha contado que era cocinero y que amaba el ceviche de su tierra. Ella ha sentido que Enrique tenía pinta de mujer y ha asegurado que no le había gustado nada.
Don Enrique se ha interesado por la profesión y las aficiones de Cinthya, y ella le ha contado que juega al vóley y que trabaja como teleoperadora. Él va al gimnasio y le encanta regenerar sus células haciendo deporte, pero ella le ha contado que no es constante y que fue al gimnasio solo 15 días. Al saber que le gustaba el cine, Don Enrique se ha imaginado con ella viendo una película en la playa, pero ella tenía claro que no le había gustado ni el físico ni la personalidad de su cita.
Cinthya ha querido saber si su cita tenía hijo o se había casado, y don Enrique le ha contado que tenía una hija y que le gustaría tener trillizos. La soltera le ha confesado que a ella le gustaría haber tenido mellizos, pero que ya tenía la fábrica cerrada “Y que se parezcan a él, ¡Madre mía!”.
Respecto a las zonas de España que conocía, el soltero le ha dicho que había viajado bastante y le ha chocado la palma al saber que ella tampoco sabe nadar. Don Enrique ha estado cuatro veces a punto de morir ahogado y lo recuerda como algo horrible “te hinchas como un pavo, parece que te van a estallar los ojos”.
Respecto a lo que busca de un hombre le ha explicado que busca un gran corazón y detalles “que me enamore cada día” y cuando él le ha dicho que qué le había parecido, ella ha sido sincera y le ha dicho bien, pero que no era su tipo.
Antes de que ella le diera unas calabazas anunciadas, don Enrique ha querido agradecerle el ratito que habían compartido y le ha entregado una caja de bombones. A Cinthya le ha encantado el detalle, pero igual le ha dicho que no era su tipo de hombre y que no quería repetir.