Al saber que su cita era estudiante de Historia del Arte, Richard ha sentido que no le iba a caer bien y lo que podía haber sido una cita llena de arte y música, se ha convertido en una cena de exclamaciones tipo “¡Qué asco!” y silencios incómodos.
Richard tiene claro que a los chicos les gusta su culo “se fijan más en el culo que en la cara y me dicen que tengo culazo”. Lo de ligar no se le da nada mal, pero a la hora de comprometerse quiere exclusividad y busca a un chico cariñoso y entregado.
Roberto, su cita, asegura que se entrega al máximo en una relación, pero “no se las regalo a cualquiera”. Al ver a Ricardo, le ha gustado mucho que tuviera barba y ha comenzado a conocerle con muchas ganas. Los dos tienen la misma edad y están estudiando, pero al saber que Roberto estudiaba Historia del Arte, la cita ha comenzado a torcerse.
Richard conoce a varias personas que estudian los mismo y da la casualidad de que todas le suelen caer muy mal. Respecto a sus aficiones, Roberto le ha dicho que le gustaba todo lo relacionado con el arte y él le ha contado que canta y toca la guitarra.
Al servirles la cena, Richard no se ha cortado un pelo y ha comenzado a exclamar “¡Qué asco!”, al soltero no le gusta nada el pescado y al ver que su cita se había pedido un tataki que está medio crudo, lo ha pasado bastante mal.
En el tema de la música, parecía que iban a coincidir porque a los dos les va el rollito urbano, pero cuando Roberto ha dicho que le gustaba Rosalía, Richard le ha cortado en seco “A mí no me gusta esa, has perdido puntos”.
Roberto ha tenido la sensación de que Richard estaba siendo “un poco borde, seco” y que estaba claro que no se había gustado. En el tema de la Semana Santa, tampoco han coincidido. A Roberto le gusta la iconografía y él le ha contado que toca en una banda religiosa la trompeta “es un poco diva, eso sí, sigilosa”.
Richard quiere especializarse en psicología clínica, pero Roberto ha tenido la sensación de que su cita utilizaba poco la psicología en su vida porque le ha dicho que le caían varias personas que estudiaban Historia del Arte y le ha vuelto a soltar un “¡Qué asco!” cuando le ha dicho que le gustaban las zanahorias crudas.
En un intento de romper los silencios que se iban creando, Roberto le ha preguntado por sus exparejas y Richard le ha contado que se lleva fatal con todas, y que es un tipo muy rencoroso. Otro punto más que le ha dejado claro que entre ellos no iba a surgir nada de hecho, cuando el equipo le ha preguntado que si le había gustado algo de su cita, lo ha tenido claro “el vino”.
En el momento de la decisión final, Roberto ha explicado que no quería repetir porque no compartían un montón de cosas, habían tenido silencios incómodos… y Richard le ha dado la razón. Parece que ya tiene a otro estudiante más de Historia del Arte que no le cae bien.