Marc y Laura han venido juntos a ‘First Dates’ porque son muy buenos amigos y se conocen perfectamente. Se conocieron estudiando y han estado viviendo juntos en el extranjero. A ella le gusta mucho el humor negro y cuando está de bajón se tatúa o se cambia el color del pelo. Marc ha tenido relaciones “poco convencionales” y es que asegura que le gusta lo que no puede tener. Su última relación fue a distancia con un chico de San Francisco, pero el covid cambió sus planes.
Laura busca a un hombre con humor negro, pero a Marc le da igual el color de su humor, pero sí busca a una persona divertida. Carlos Sobera ha acompañado a Laura a la mesa para que fuera Marc el primero que conociera a su cita.
Víctor, prefieren que le llamen Nata, su segundo nombre es el nombre bíblico “Natanael, es como si me llamara Cayetano y fuera pobre”. Es un chico amante del deporte y tiene un pequeño show de monólogos en Madrid. Al ver a Marc ha sentido que igual se habían equivocado porque él había pedido una chica, pero se ha dejado llevar porque a las personas hay que conocerlas.
Marc ha sentido que igual el tema del deporte no iba mucho con su amiga, pero le ha gustado todo de Nata, su rollito, su camisa de calaveras, sus botas… Parecía que se estaban haciendo colegas cuando Carlos Sobera le ha dicho que su cita le estaba esperando en la mesa. Al ver a Laura, Nata ha sentido que tenía un look muy guay “es lo que estaba buscando”.
Laura ha querido comenzar la conversación preguntándole por su faceta de monologuista y su show, un tema que a ella le despierta mucha admiración.
Laura y Nata no han podido contener la curiosidad de ver quién era la cita de Marc y ella ha aprovechado para contarle que habían estado viviendo juntos y que ella todavía estaba oficialmente casada. El soltero le ha confesado que él también estaba casado y se han asustado al saber que habían tenido los mismos años de relación.
Laura se ha fijado en la camisa de su cita y le ha mostrado que ella también llevaba alguna calavera dibujada en su cuerpo. A la soltera le gusta mucho jugar al ordenador y han coincidido en juegos y en sus gustos musicales. Eso sí, parecen que son conscientes de que son ya mayores para ir al Viña Rock.
Ya en el reservado, Laura ha tenido serios problemas para abrir la bola del amor, pero ha terminado averiguando que su cita había tenido un matrimonio poliamoroso y mirándole a los ojos y diciéndole lo que más le había gustado.
A Laura le ha sorprendido que su cita también escribiera poesía y no ha dudado en pedirle que le recitara un poquito de alguna poesía que hubiera escrito. A Nata le ha dado un poco de vergüenza, pero ha terminado la cita poniendo un toque de poesía muy guay.
Él tiene claro que no conoce mucho Barcelona y que quiere que Laura se la enseñe “solo nos separan 50€ y una hora de vuelo”. Parece que van a seguir conociéndose un poquito mejor y hablando de calaveras.