Lucía tiene 23 años y es una mujer que se considera intensa y amante del contacto físico. En su cita ha cenado con José, un joven que siempre se ha sentido el gracioso del grupo y al que le ha costado mucho encajar en la sociedad.
Ambos se han gustado bastante al verse en el restaurante del amor, pero el ambiente se ha enrarecido cuando él ha confesado sus hobbies: “Yo soy muy friki de todo, del anime… Soy otaku”, decía él.
Nada más pronunciar estas palabras, a ella le saltaban todas las alarmas: “La red flag más grande de los otakus es que idealizan a dibujos animados y eso a mí me parece muy raro. Hay veces que basan su personalidad en esos dibujos y eso me angustia”, decía.
La cosa no se ha quedado ahí. José ha declarado que también es un amante del videojuego ‘LOL’, aunque se está “desintoxicando”. Una afición que a ella tampoco le ha gustado mucho: “De ahí solo conozco historias malas de gente, que dejan de hacer planes por jugar a ‘LOL’.