Vanesa, de ‘First Dates’, tiene claro lo que busca en un hombre: “Que tenga dinero”
Ver ‘First Dates’ (28/12/22), online y completo en Cuatro
Vanesa, sobre su cita: “No me gustan sus dientes, seguro que tiene un puente”
Vanesa, a su cita en ‘First Dates’: “¿Tú eres de pagar a medias o me vas a invitar?”
Vanesa busca amor y cariñitos, pero tiene claro que ella no quiere a un pobre a su lado y mucho menos a un hombre tacaño. Para ella el dinero no se fundamental, pero sí muy importante y le ha explicado a su cita en ‘First Dates’ que las mujeres colombianas no son interesadas y que más bien se trata de un tema cultural.
A Vanesa le gustan que le traten como a una reina y que le hagan un montón de regalitos. Es colombiana y lleva un año en España. No quiere a más latinos en su vida porque son muy generosos, pero también son infieles. Prefiere a los españoles porque son muy cariñosos y detallistas. Cuando Elsa Anka le ha preguntado que qué debía tener un hombre para enamorarla, ella lo ha tenido clarísimo “Dinero”.
MÁS
Entre risas le ha explicado a Elsa que eso era antes y que ya no era tan materialista. La soltera tiene la sensación de que es muy importante el amor, los detalles y el cariño, pero que ella no sería feliz con “un pobre arrastrado” ni con un hombre “tacaño”.
Al ver a Abel, su cita, ha tenido clarísimo que no era su príncipe. Ha sentido que tenía pinta de colombiano e incluso, podría haber pasado que fuera “feito”, pero la ropa no le ha gustado nada. Es más, ha llegado a dudar de como un hombre cómo Abel pensaba que podía estar con una mujer como ella “no es que yo me crea mucho”.
Antes de comenzar a cenar, Vanesa le ha contado a Abel que había sufrido un accidente y que andaba con dificultad, pero que los médicos le habían dicho que con mucha trabajo iba a quedar estupendamente. Abel no le gustaba nada, pero le ha notado muy emocionado y no ha querido quitarle la ilusión, por lo que ha comenzado a interesarse por su vida.
Abel le ha contado que era encargado en un gastropub y que en las mujeres se fijaba desde los ojos y luego iba bajando hacía abajo. Ella le ha contado que tenía varias operaciones de cirugía estética, que llevaba los labios siempre pintados y que su cabello original era negro. Abel estaba encantado con ella, pero Vanesa solo podía pensar que no le gustaba ni su ropa ni sus dientes “estoy segura de que tiene un puente, parece que lleva una caja de dientes”.
Abel no sacaba ningún tema de conversación y Vanesa ha intentado por todos los medios que en su cita no reinara el silencio, pero él no sabía ni si había estado con alguna mujer latina. Al final, le ha dicho que sí le gustaban las latinas y ella le ha empujado a piropearle y asegurar que eran más salvajes en el tema sexual. El soltero cree que podrían coincidir en la pasión, pero también le da miedo que por su estado físico en este momento tenga que ser una cosa “a cámara lenta”.
“Suena mal lo que voy a decir, pero es fácil de manejar”, ha asegurado Vanesa convencida de que a Abel le podía sacar todo lo que ella quisiera y que iba a hacer lo que ella le pidiera. Ella sabe que las latinas tienen fama de interesadas y de quererlo todo gratis, pero le ha confesado que las mujeres colombianas no son interesadas, pero que por cultura están acostumbradas a que el hombre lo pague todo mientras se están conociendo. Es más, le ha contado que ella siempre pregunta si va a tener que pagar la mitad de la cena para ir o no ir.
Abel le ha seguido el rollo, pero eso de saber que él iba a tener que pagar todo mientras se estuvieran conociendo, no le ha gustado “no es la mentalidad de una chica que quiero tener a mi lado”. A Vanesa no le gustan casi los dulces y le ha aclarado a Abel que no le gustaba que le regalaran chocolates, que ella prefiere un buen perfume o un reloj.
En el reservado, Abel ha sido sincero y le ha dicho que él era de pagar a medias y que no sabía la iba a invitar a cenar o no. Sin embargo, ha terminado pagando la cena y consiguiendo que ella le mirara con otros ojos “así se conquista a una mujer”. Lo que Vanesa no sabía era que Abel había descubierto a una mujer que no quería en su vida y que le iba a dar calabazas.
Ella tenía claro que Abel no era su hombre, pero no le ha sentado nada, pero que nada bien que el encargado le dijera que no quería tener más citas con ella.