Ainara y Javier se atreven con todo y no han dudado en meterse en el jacuzzi de invierno de ‘First Dates: Especial Semana Santa’. A ella le gusta jugar y no ha dudado en calentar el agua y a su cita. Eso sí, los besos tienen que esperar.
Javier es un tipo muy simpático y amante de las aventuras. Es de Jaca y se ha criado rodeado de nieve y pistas de esquí. Trabaja de fotógrafo durante la temporada de invierno en una estación de esquí y en verano cambia la nieve por las olas y es monitor de surf. Su profesión le hace conocer a mucha gente, pero tiene un ritmo de vida muy complicado de seguir.
Ainara, su cita, se considera un 10, se valora muchísimo y cree que hoy en día no se valora que una mujer sea responsable, cariñosa, trabajadora, de su familia… Le cuesta ligar porque no la valoran y al ver sus redes sociales se creen que es una chica fácil. Al ver a Javier ha sentido muy buen vibra y encima han coincidido en color.
La soltera se ha desorientado al saber que su cita era de Jaca, pero al escuchar Pirineos se ha centrado y ha sentido que su cita hacía las dos cosas que a ella le gustarían: esquiar y surfear.
Con mucha ilusión por conocerse, Ainara ha querido saber qué hacía Javier en el programa y él le ha contado que se atrevía con todo lo nuevo que le proponían. Ella es un poco igual y le ha gustado saber que su cita era veterinario, pero que había estado viajando cinco años por el mundo y ahora se dedicaba a ser fotógrafo en la nieve.
Ainara el ha contado a su cita que ella es muy moderna, pero que en el amor era muy tradicional y que no podría estar con alguien que no se quisiera casar y tener hijos. Javier le ha dicho que le flipan los niños y que se casaría, pero no por la iglesia. La soltera le ha explicado que a ella le encanta una misa y aunque la gente no se lo cree, es muy religiosa “tengo todos los sacramentos”. A Javier le ha entrado la risa y le ha dicho que a su madre y a su abuela les va a encantar.
Los solteros no se lo han pensado dos veces antes de meterse al jacuzzi y la soltera ha jugado a calentar el agua y lo que no era el agua. Javier ha bromeado con la posibilidad de que al ser tan religioso fuera a ir al infierno.
Ainara tiene claro que ella es como un microondas que “calienta, pero no cocina” y no ha dudado en decirle a Javier que ella era su postre. El joven ha intentado besarla, pero ella ha sentido que se lo tenía que ganar y le ha cambiado los besos por un masaje.
En el momento de la decisión final, Javier le ha confesado que estaba deseando que acabara la cita y ella ha alucinado, pero la realidad era muy distinta. Javier se lo había pasado fenomenal y está deseando ir a verla a Canarias. Ainara le ha propuesto esquiar en la playa y sin nieve, y le ha dado un besito de esquimal a modo de adelanto.