Christelle es una mujer con mucho carácter que ha vivido mucho y que siente que ha vivido muchas vidas en una. Es artista y le ha regalado a Carlos Sobera un lienzo con forma de corazón y un lienzo chulísimo para su cita, alguien que esperaba que fuera agradable y con sentido del humor. Le gusta ir poco a poco, comenzar con una buena conversación y comenzar a fluir.
Antonio, su cita, se ha presentado con una frase de Víctor Guerrero “yo no he venido a este mundo para ser perfecto, he venido para cometer errores”. Al ver a Christelle, ha sentido que estaba bastante bien conservada y eso le ha gustado porque él hace deporte e intenta mantenerse.
Nada más verle, la artista le ha regalado su obra y él le ha contado que es exbailarín de danza contemporánea. Se ha dado cuenta de que los dos eran personas sensibles y le ha preguntado por su signo zodiacal. Ella es Leo y el Virgo, los dos son del mes de agosto y parece que pueden hacer una buena pareja.
Christelle ha comenzado la cena brindando por la salud y Antonio le ha contado que él tiene muy buena salud porque hace deporte todos los días y que estaba afónico porque se bañada en el mar hasta en enero. La soltera también ha querido contarle que ella practicaba snorkeling, pero no ha tenido oportunidad porque él solo hablaba de él y no escuchaba.
La soltera le ha dicho que su madre era italiana y no ha podido contarle mucho más porque Antonio le ha confesado que era italiano y se ha puesto a hablar en su idioma sin dejarla mediar palabra.
Al saber que Christelle no tenía casi tiempo para el ocio y que pasaba su tiempo entre su atelier y hacer deporte, Antonio ha sentido que no se correspondía su aspecto y su look de cuero, con su personalidad casi de monja.
Siguiendo con el horóscopo, el soltero le ha dicho que tenía que ser una mujer muy ordenada y al saber que no, han terminado hablando de lo ordenada que era la madre de Christelle, de un nuevo signo de zodiaco y de la afición del soltero a echar las cartas.
Christelle y Antonio se han atrevido con el Rasca del Amor, pero la cosa se les ha complicado. Ninguno ha sido capaz de leer las preguntas ni con lupa. Elsa Anka ha tenido que acercarse a la mesa para echarles una mano y que pudieran decirse qué estaban buscando en una pareja.
La soltera ha querido quedarse con lo bueno y no darle mucha importancia a que Antonio no se había interesado por su persona, pero le ha dado calabazas al saber que él sí quería repetir. A la artista le ha faltado la química que esperaba para querer saber más de su cita.