Si alguna vez te han rechazado no has sido el único: El mejor recopilatorio de cobras en ‘First dates’
Quien no arriesga no gana, pero quien arriesga también puede quedarse tal y como está
Éso sí, con unas nuevas calabazas a la espalda
Recordamos las mejores cobras de la historia del programa
Si algo hay que ser en el amor es valiente. Quien no arriesga no gana, eso es algo que todos hemos escuchado siempre. Pero quien arriesga también puede quedarse tal y como está. O, mejor dicho, tal y como está pero con unas buenas calabazas para su colección.
Aunque, si ya te ha pasado alguna vez, tranquilo, tranquila, no has sido el único. Desde que ‘First dates’ comenzara su andadura en televisión hace años, hemos sido testigos de numerosas cobras. He aquí un recopilatorio de las mejores para demostrar que, a pesar de ello, la vida sigue y nada es tan grave como puede parecer en el momento, siempre se puede celebrar 'San Solterín'.
Una cobra con estilo
María se autodenominaba "la mujer más guapa del mundo". Su cita, Daniel, llegaba al restaurante del programa subido a unos patines. Su look no le convenció en absoluto: a ella le gustaban los chicos elegantes y a él solo le faltaba "la riñonera y la gorra". En el reservado, Daniel se lanzaba a besarla, pero ella no tuvo más remedio que hacerle la cobra: "Me ha dado pena el pobrecito, pero no lo sentía".
Doble cobra
A falta de una, dos. Ha ocurrido. Tomás y Pilar disfrutaban de un momento a solas en un camarote a bordo de 'First dates Crucero'. Después de una agradable velada en la que bebieron champán y hasta se bañaron entre pétalos de rosa, Pilar se lanzaba a besarle. Él se quedaba paralizado y le hacía la primera cobra.
Momentos después, Tomás decidía recapitular. Había cambiado de opinión y en ese momento era él el que trataba de besar a su cita. Pero, sorpresa, Pilar hacía lo mismo que él le acababa de hacer y echaba su cabeza hacia atrás.
La inesperada y despechada
Enrique, más conocido en su barrio como 'King Rojas', llegó a 'First dates' creyendo que incluso iba a protagonizar "el primer edredoning" de la historia del programa. Pero, lejos de cumplirse se deseo, Enrique se marchaba a casa con una cobra de regalo. Cielo le ponía la cara en lugar de los labios. Enfadado, decía que ella no era lo que él buscaba: "No está a mi altura, yo soy más lanzado".
La cobra en seco
Porque cuando se tiene claro que un beso no toca, no hace falta andarse con rodeos. Y si no que se lo digan a Ana, que no dudó en frenar en seco el beso que Carlos intentó darle antes de despedirse: "Pero bueno, ¿esto que es? No empecemos, que todavía no toca". Dos besos y para casa.