Maite tiene claro que ligar con un chico es muy fácil y que ella consigue a todo chico que le gusta. Según le ha explicado a Carlos Sobera nada más llegar a ‘First Dates’, está buscando a un chico sincero y que “no la tenga demasiado pequeña”. Eso sí, le ha aclarado al presentador que si la tiene grande y no la sabe utilizar tampoco le sirve para nada.
Robin, su cita, nos ha contado que su objetivo en la vida es tener tiempo para él y poder hacer lo que le gusta. Al verle, en la cara de Maite se ha dibujado una enorme sonrisa y no porque se estuviera imaginando el tamaño de su cita “Creo que la tiene normalilla, no muy grande” sino porque le ha gustado.
La joven ha querido saber de dónde era Robin y le ha sorprendido saber que su madre era de Guinea Ecuatorial y su padre ítalo-argentino. Ya sentados en la mesa, Robin ha querido saber si Maite quería tener hijos en un futuro y le ha contado que él perdió a su padre con 11 años, y que desde entonces ha intentado vivir por si mismo y no depender de nadie.
Está estudiando comercio internacional porque no quiere pensar que el lunes tiene que volver a su puesto de trabajo y sí trabajar desde cualquier lugar del mundo. Respecto a las relaciones a distancia, Maite le ha dicho que no se cierra a nada, pero ha sentido que él iba a ser un pasota en el amor. En el amor y en la religión tampoco han coincidido porque ella no practica ninguna de las dos cosas “hice la comunión y ya”.
Maite le ha contado que está trabajando de camarera, pero que está estudiando quiromasaje. Él nunca ha conocido a una masajista y ha querido saber cómo eran sus masajes, algo que a la soltera le ha molestado porque “no hago masajes con final feliz”. Muchas mujeres masajistas y fisioterapeutas tienen problemas con esas cosas y le ha dejado claro que no le había gustado nada ese comentario.
“¿Has estado con chicos?”, ha querido saber Maite. Robin le ha dicho que no y le ha devuelto la pregunta. Ella le ha contado que hacía cositas con sus amigos y que había hecho las dos combinaciones posibles de tríos. Él nunca había vivido esa experiencia y ella le ha contado que no estaba mal.
Mientras que trataban el tema sexual, se han mirado a los ojos y Maite ha tenido claro que su cita no le gustaba. En el momento de la decisión final, él ha sentido que podían repetir porque la primera toma de contacto había estado muy bien, pero ella le ha explicado que se había sentido incómoda cuando sus miradas se cruzaban y que solo podían ser amigos.