Mariano ha llegado a ‘First Dates’ con la chaquetilla puesto y dispuesto a sorprender a su cita. Es un chef malagueño y ha querido ponerle un chispita de su arte a su cita. Está buscando a una mujer a la que le gusta la naturaleza y sea un poco lunática, pero no loca que “para loco ya estoy yo”.
A Carlos Sobera le ha parecido una idea genial y le ha escondido para decirle a su cita que era el chef de ‘First Dates’. Aída, su cita, ha sorprendido al presentador con su look y le ha contado que es body piercings y tatuadora, hace unos años que descubrió su vocación y no ha parado de “perforar personas”. En el amor ha tenido cuatro relaciones largas y todas “interesantes”.
El presentador le ha dicho que su cita iba a tardar un poco y que quería presentarle al chef del restaurante. Mariano se ha metido en el papel y le ha invitado a probar unas croquetas de maíz. Un experimento culinario que a ella le ha gustado, pero al que pondría un poquito de vinagre “yo le pongo vinagre a todo”. Carlos Sobera ha querido saber qué le parecía el chef y ella le ha dicho que le veía muy guapo y le gustaba mucho su peculiar bigote, por lo que ha aceptado tener una cita con él encantada.
Mientras elegían el vino para la cena, Aída le ha confesado a su cita que era adicta a las bebidas energéticas y que por lo menos le habría pagado dos coches publicitarios a la marca más conocida de ellas. Él ha querido saber si le habían gustado sus croquetas y ella le ha confesado que sí “la segunda ya me ha sabido a palomitas”.
A Aída le ha dado un poco de miedo que su cita fuera chef porque le podía cocinar cosas ricas pero ella es muy básica para la comida y había muchas cosas que no le iban a gustar. De hecho, le ha dicho que le pone a todo vinagre porque la comida no le suele saber a nada y necesita algo más potente. Mariano también ha querido saber cuál su profesión y Aída le ha contado que se dedica al mundo del piercing y el tattoo.
La joven se ha fijado en el pendiente de la nariz del chef y le ha dicho que era un poco pequeñito, pero todo tenía su motivo. El soltero le ha explicado que antes lo tenía más pequeño todavía y que al hacérselo “me desmayé y todo, tuve una especie de viaje astral”. Sí, Mariano es un hombre muy energético y vio una especie de luz al final de tune, pero lo vivió como un momento muy guay.
Aída se ha mostrado un poco más incrédula respecto al significado de los piercings porque no puedes saber qué es real y qué no. Los solteros han coincidido en que hace un tiempo que conocieron al amor de su vida, sus perros, y eso les ha encantado. Respecto a la música, Aída le ha dicho que le gustaba de todo, pero que no soportaba el reggaetón. Él ha querido saber el nombre de algún grupo que le gustara y ha flipado al escuchar que era megafan de Ojete Calor.
En el fotomatón, los solteros se han dado cuenta de que tenían el mismo rollito y que les gustaba el mismo vacile, pero ella no tenía claro si le había gustado o no. Él ha sentido que un vampiro le mordía el cuello y que su chupito-beso sabía a piña.
Aída ha dicho que sí quería tener una segunda cita con el chef y él le ha dicho que no, un vacile que ella tenía la sensación de que iba a suceder. A Mariano le ha encantado Aída y está deseando volver a quedar con ella.