Juan Carlos se viene arriba abriendo pelotas y su cita le para en seco en ‘First Dates’: “Menos besos que hay mucho covid”
Juan Carlos y Ana María hacen match en ‘First Dates’: “Necesita un empujón”
Ana María saca los colores a Juan Carlos con sus bromas: “Pensaba que me ibas a decir que me bajara otra cosa”
Juan Carlos no para de abrir pelotas: “A ver cuándo le toca el morreo”
Ana María es una mujer con mucha alegría y con una respuesta para todo. Trabaja en un tanatorio y tiene claro que hay que tenerles más miedo a los vivos que a los muertos. Solo ha estado con su difunto marido y nunca ha conocido a ningún otro hombre. Su hijo está a punto de irse de casa y ha decidido pasar página y seguir viviendo.
Le da igual cómo sea su cita porque asegura que para ella no hay hombre feo “o estoy tan necesitada que me gustan todos”. Juan Carlos, su cita, no se ve con los 56 años que tiene y siente que no ha pasado de los 46. Está convencido de que los que son guapos de jóvenes se estropean con la edad y es lo que le ha pasado a él.
Ella ya nos ha dicho que no hay hombre feo y le ha parecido estupendo que Juan Carlos fuera de Alicante y estuviera cerquita. Él por su parte, al saber que ella trabaja en un tanatorio ha bromeado con la posibilidad de que fuera ella quién le enterrara.
Ana María y Juan Carlos ha comenzado la cita hablando de sus estados civiles y del tiempo que llevan solos respectivamente. Él le ha dicho que lleva 14 años divorciado y que no termina de encontrar lo que busca porque es muy raro. Ella no lo ha visto tan raro y le ha parecido hasta bien que no le gustara limpiar y que prefiriera cocinar porque a ella sí le gusta.
Juan Carlos le ha dicho que si no surgía nada podían ser amigos y que sí quería podía bajarse al tardeo de Alicante con él. Ella pensaba que le iba a decir otra cosa “pensaba que ya me ibas a decir que me bajara otra cosa” y ha conseguido que a su cita le entrara la risa y los calores.
El soltero ha querido saber qué le había parecido a su cita y Ana María le ha pedido que se pusiera en pie para volver a verle bien. Le ha parecido un hombre atractivo y entre ellos ha surgido una complicidad muy divertida. Juan Carlos ha sentido que Ana tenía más tatuajes escondidos por su cuerpo y ella no ha querido responderle lo que estaba pensando “me tengo que contener” y es que casi le enseña el conejito Playboy.
Él le ha soltado un “me encantan las almejas y los mejillones” y ella ha vuelto a tener que morderse la lengua, pero su cita ha entendido perfectamente y entre risas, lo que le iba a decir.
En la intimidad del reservado, Ana María y Juan Carlos han comenzado a abrir las Bolas del Amor y el soltero se ha venido muy arriba. Ana María se ha mostrado más reservada y le dado solo un par de piquitos porque ella todavía no está para eso de los besos y… “hay mucho covid”.
Los dos se han dado cuenta de que se habían gustado, de que se querían conocer un poquito mejor y que ella necesitaba un empujoncito para soltarse y volver a sentir.