Raquel alucina al saber que su cita se tatúa con crema: “Los tatuajes tienen que doler”

Álex es un apasionado del break, pero entre los turnos, el trabajo y su hija, no tiene tiempo suficiente para entrenar lo que le gustaría. Además, unos amigos le engañaron un poco y ahora se ha pasado a la bachata, un ritmo que también le ha enganchado. En el amor le ha ido bien y busca a una chica activa que le saque la energía que a él le cuesta sacar.

Raquel, su cita, es bailarina de salsa cubana y lleva casi diez años entregada al baile. Al verla, Carlos Sobera ha tenido claro que le gustaban los tattos cómo a Álex y resulta que ella se había fijado en él en la estación de tren esa misma mañana. El soltero estaba contento porque le ha parecido una chica muy guapa y le ha sorprendido que se dedicara a reparar pistolas de depilación láser.

Los solteros se han puesto a hablar de perros y tatuajes, y a Raquel se le ha caído por los suelos la imagen que se había hecho de su cita. Él le ha contado que tenía tatuado un gran dragón desde el tobillo hasta el cuello, pero que no le había dolido nada porque se tatúa con crema. Ella no podía creerlo, los tatuajes hay que sufrirlos y su cita se anestesiaba para no sentirlo. Él ha dicho que las costillas era un lugar muy doloroso, pero no la ha convencido.

También le ha contado que vivía solo en un piso en propiedad que compartía con dos perritos pomeranias. La cara de Raquel al saberlo ha sido todo un poema, a ella le gustan mucho los perros y también tiene dos, pero no se imaginaba que su cita tuviera ese tipo de perros “no te pegan para nada”, pero ya se sabe que “las apariencias engañan”.

Al hablar de baile, parece que la cosa entre Raquel y Álex ha comenzado a fluir. Ella es profesora de salsa y él le ha contado que había comenzado con la bachata, pero que lo suyo era el break. Los dos tienen muy poco tiempo, pero él estaría encantado de ir con ella a entrenar.