Samuel no pilla las indirectas de su cita de ‘First Dates’: “Tengo tara y soy tóxica en las relaciones”

  • Virginia rechaza tomar el postre en el reservado de ‘First Dates’ con Samuel

  • Lo que Virginia busca de un hombre: “Dinero”

  • A Virginia no le gusta los niños: “Me incomoda su presencia, les caigo mal y ellos a mí, también”

Virginia es una persona muy lunática cuyo humor puede cambiar unas cinco veces en 15 minutos. En el amor no le ha ido bien porque asegura que le han tocado personas raras “me toca gente que tiene doble vida o me hacen un ghosting”. A ella le encanta imitar cosas y sonidos, y lo mismo imita a Mickey Mousse que a un elefante.

Samuel, su cita, ya sabe lo que quiere, no se conforma con cualquiera y al ver a Virginia se ha hecho pequeñito “Uy, esto es mucho para mí”. Al contarle que era de Málaga, ella le ha dicho que dejó de ir allí a la playa cuando una sombrilla vino a por ella a unos 40km/h.

La soltera le ha contado a su cita que es Técnico de Rayos y que tiene claro que la belleza de las personas no está en su interior. A Samuel le ha llamado la atención que llevara tatuado un rayo en la muñeca y le ha dicho que los rayos le llamaban mucho la atención porque son “la mezcla del fuego y el viento, son energía, lo que yo me considero”.

Respecto a sus aficiones, Virginia le ha dejado claro que a ella todo lo que implique moverse o hacer algún tipo de esfuerzo le da pereza. Ella es de quedarse en casa y le ha dado la razón en lo “correr es de cobardes” y no en “quedarse quieto es de tontos”.

Samuel no podía entender como una chica tan guapa como Virginia estaba soltera, pero ella se lo ha ido explicando sin rodeos. Se ha vendido como una persona con taras y tóxica en las relaciones. A él le ha costado trabajo creerla incluso, cuando le ha dicho que no quiere tener niños, que le incomoda su presencia “noto que les caigo mal y ellos a mí, también”.

Virginia no ha dudado en confesarle a Samuel que lo que busca en un hombre es dinero y en rechazar la oferta de la camarera de tomar juntos el postre en el reservado. La joven llevaba toda la noche dándole señales de que no le estaba gustando nada de nada, pero Samuel estaba tan ilusionado que no se ha dado ni cuenta.

Él estaba convencido de querer seguir leyéndole su libro a Virginia y no se esperaba que ella le dijera que no quería seguir conociéndole y se despidiera de él con un “Chao pescao”.