Lucía ha venido a ‘First Dates’ en busca de alguien que tuviera claro quién es y qué quiere en la vida, y se ha encontrado con un paisano suyo que tiene muy claro que le apasionan las motos, rapear y que corta el filete con la mano derecha.
Lucía tiene la sensación de que el mundo actual está perdido y que ya nadie se rige por el amor y sí por las cosas materiales. En el amor no le ha ido muy bien y está aprendido a cuidarse a sí misma y no ser tan entregada en la otra persona. Se fija en el interior de las personas y busca a un chico que se mueve y que tenga claro quién es y qué quiere. Además, espera que tenga un punto de caballero porque a ella le gusta sentirse una dama.
Pelayo, su cita, asegura que desde hace dos meses que se compró su primera moto grande, la vida le ha cambiado “desconecto de la gente, no pienso en nada”. Al ver a Lucía se ha llevado una alegría porque ha visto a una chica alta, guapa y con una bonita forma de vestir. A ella no le ha pasado lo mismo, pero ha querido centrarse en conocer su personalidad.
Pelayo le ha contado que trabajaba en el mantenimiento de las grúas del puerto y los cables del teleférico, y ella le ha dicho que estaba en el paro, que estaba viviendo un momento de transición en su vida y comenzando a crear una empresa de ropa vintage. A él le ha parecido guay pero sobre todo, le estaba gustando su sonrisa.
Al saber que Pelayo es rapero, Lucía se ha venido arriba y le ha dicho que a ella no se le daría nada mal porque sentía que tenía algo de flow “revolucionario sería seguro”. Lucía le ha confesado a Pelayo que es una chica muy random y que no le quedaba claro con qué mano tenía que cortar la carne, y ya que estaban hablando de comer, él le ha dicho que le encantaban los planes de comer y que la mayoría del dinero se lo gastaba en comer por ahí, algo que ella también comparte.
También han charlado sobre un estudio que asegura que las mujeres viven más porque hablan más, pero Pelayo cree que él habla más que cualquier mujer “si me ves hablando solo por casa”.
Pelayo le ha explicado a Lucía que buscaba a una persona que quisiera hacer cosas y que no se quedara estancada, ella busca lo mismo y tiene claro que su pareja tiene que ser su cómplice y que tienen que “crear momentos juntos”. En el fotomatón han tenido un primer contacto físico y un besito en la mano.
Ambos han tenido claro que se habían gustado, que los dos estaban en el mismo momento vital, algo que podía ser bueno para comenzar una relación desde el mismo punto y sobre todo, que querían seguirse conociendo “vamos a tomar unas sidriñas”.