Alfonso está muy, muy fuerte, pero él cree que hay algo mucho más importante que sus abdominales y busca que se fijen en su cerebro y no en su tableta. Ha tenido dos relaciones que no salieron bien y ha aprendido los pilares sobre los que hay que construir una relación. Tiene las expectativas mucho más altas porque ya sabe lo que no quiere en pareja.
Necesita una persona activa, deportista y físicamente, una persona natural “me gustan las chicas guapas, pero naturales”. A Laura, su cita, le han hecho daño y ha hecho daño por lo que asegura haberse puesto una coraza en el amor. Al verla, Alfonso se ha puesto más nervioso todavía porque le ha gustado mucho “me ha empezado a temblar el hígado”. Ella también ha visto a un chico “que se cuida, interesante, me ha parecido atractivo”.
Laura y Alfonso han querido saber cómo habían sido sus relaciones anteriores y a él le ha gustado mucho saber que su cita llevaba casi dos años sola porque eso significaba que era independiente y no necesitaba a nadie. Él está feliz soltero y ha aprendido a disfrutar de la soledad. Asegura que no va a estar con alguien por estar y que cuando se enamora se entrega para toda la vida y eso a Laura le ha parecido “muy bonito”.
Al decirle que era quiromasajista, Alfonso se ha venido arriba y ya se ha imaginado recibiendo un masaje relajante cada noche. El soltero ha querido saber si su cita iba al gimnasio porque él se ha vuelto un loco del entrenamiento, pero Laura le ha dicho que lo dejó en pandemia y que con los masajes trabajaba mucho los brazos. Al saber que la gustaría retomarlo, Alfonso le ha soltado un “conmigo te pondrías como una burra” y eso a ella no le ha hecho mucha gracia.
Respecto al sexo, Laura le ha contado que le excitaban los besos en el cuello y que le susurraran cosas al oído. A él le gusta jugar y “atar a la persona a la cama”, algo ante lo que Laura ha tragado saliva y ha querido conocer algún detalle.
En el reservado, Laura ha puesto nervioso a Alfonso porque por un momento le ha hecho pensar que no le estaba gustando, pero la realidad era muy distinta. Eso sí, le ha reprochado que no le hubiera dicho que estaba muy guapa “eso es una pullita”.
Alfonso está deseando ir a Barcelona para volver a ver a Laura y si es posible que le de uno de sus masajes, ella le ha dicho que primero vaya a verla y luego ya verán si hay masaje o no hay masaje.