Tras el histórico plantón que le dieron en la barra de ‘First Dates’, José María ha regresado al restaurante con ilusión y con el visto bueno de sus hijas para encontrar a una mujer que le haga feliz. Tiene 91 años, pero está estupendo y con ganas de vivir la vida al máximo.
Antonia, su cita, es una mujer muy alegre y muy, muy formal de la que nadie puede decir nada porque ella es muy de su casa y si sale va “de mi casa a un café y para mi casa otra vez”. Busca a un hombre que sea tan alegre y activo como ella, y José María puede ser un buen candidato.
A él le ha gustado mucho su sonrisa y se han puesto a conocerse con la suerte de que han descubierto que vivían muy cerquita. Antonia se ha asustado un poco al saber que su cita ya había cumplido los 90, pero al saber que estaba fuerte como un toro se ha relajado porque ella busca a un hombre que no le engañe.
José María le ha contado que solo se toma una pastilla para la próstata, pero que tiene una analítica perfecta y que le operaron de la cadera el mismo día que al rey emérito y que él está estupendo. José María se ha venido a las mil maravillas y le ha contado que es un hombre muy detallista, que quiere salir, disfrutar, viajar, bailar y tener una pareja para lo que le quede de vida. Antonia estaba feliz porque todo lo que estaba escuchando le gustaba.
Antonia le ha contado a José María que tiene tres hijos, pero que ella vive sola y que tiene una casita monísima. Él le ha contado que vive en un adosado estupendo y como quién no quiere la cosa se han puesto a planear como podían estar unos días en una casa y otros en otra. De hecho, José María se ha lanzado a la piscina y le ha soltado un “¿Me llevo el pijama?”. A Antonio le ha entrado la risa floja y no ha dudado en decirle que ella era apasionada y que si la buscas, la encuentras.
José María le ha definido como una fiera “me gusta todos los días un poquito” y ella le ha dicho que de fiera nada, pero que, si él tenía un colchón sin estrenar, ella tenía una habitación llena de espejos “estás haciendo el amor y te estás viendo en el espejo”.
Antonia y José María han aceptado tomar el postre en la terraza y no han dudado en bailar juntos por primera vez. El soltero ha querido besar a su cita, pero ella le ha dejado que quería ir despacio y se ha conformado con un beso en la mejilla.
En el momento de la decisión final, los dos han tenido claro que querían seguirse conociendo y que entre ellos había surgido la chispa. Eso sí, Antonia quiere ir poco a poco y no le ha gustado mucho que José María le diera un beso en la comisura.